La tercera entrega de esta serie de nuevas instalaciones de las obras de la Colección, incluidas en las actividades organizadas para celebrar el 20 aniversario del Museo, se centrará en los diferentes modos de representación de Oriente y lo exótico. A partir del siglo XVIII, lo oriental es visto no solo como un estímulo para la imaginación creadora sino como una forma moderna de enfrentarse a la vida. Se trata de un Oriente sin límites precisos, incluso a veces imaginado, que responde tanto a una necesidad de nuevas fuentes de inspiración artística como a la atracción por lo exótico como algo diferente y extraño. Un retrato de grupo de Johan Zofanny, realizado en la India a una familia de funcionarios de la Corona británica o uno de los «cuadros turcos» de Antonio Guardi con escenas de la vida de la corte en Constantinopla, dos obras de estética oriental de Eugéne Delacroix, además de dos escenas femeninas de influencia japonesa de William Merrit Chase o la representación de un harén de August Macke, son algunas de las obras que componen este juego de miradas cruzadas sobre Oriente.