De Christoph Amberger no se conoce ni la fecha, ni el lugar de su nacimiento. Probablemente se formó en Augsburgo, en el taller de Leonhard Beck, con cuya hija Barbara contrajo matrimonio. Entre 1525 y 1527 aproximadamente, Amberger pudo realizar un viaje de estudios por el norte de Italia, que influyó profundamente en su estilo. En 1530 es ya un pintor independiente, no obstante en pocas ocasiones firmó su obra. Según Sandrart, durante la Dieta Imperial de 1530, celebrada en Augsburgo, Amberger ejecutó un retrato de Carlos V que fue del agrado del monarca. Se ha intentado identificar esta imagen con el Retrato de Carlos V conservado en la Gemäldegalerie de Berlín, que, sin embargo, está fechado en 1532. También trabajó para Fernando de Austria, hermano del emperador, para quien diseñó diez esculturas de cuerpo entero, en bronce, para el sepulcro de Maximiliano I en Innsbruck. En las décadas siguientes Amberger fue un pintor muy apreciado por las familias más acaudaladas de la ciudad, especialmente por los Fugger, de quienes recibió un nutrido número de encargos. Sus retratos muestran no sólo sus cualidades como retratista, sino que también ponen de manifiesto la próspera situación de las clases patricias de Augsburgo, que gustaban representarse a la manera italiana. Uno de sus mejores ejemplos es el retrato de Sebastian Münster, conservado en la Gemäldegalerie de Berlín.

Aparte de retratos, Amberger también se dedicó a la pintura religiosa como La Virgen y santos ejecutada para la catedral de Augsburgo, donde se conserva todavía, y que fue encargada para sustituir el Corpus Christi de Hans Holbein, el Viejo, destruido durante las revueltas iconoclastas de 1538. Ninguna de sus monumentales pinturas de fachadas, realizadas en Augsburgo, ha llegado hasta nuestros días, aunque sí se conservan los dibujos preparatorios. Asimismo también hizo miniaturas, como las realizadas en el libro de Matthäus Schwarz Trachtenbuch, y series de grabados.

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