Artista ligado al suprematismo ruso, Nikolái Suetin aplicó las teorías artísticas de Kazimir Malévich no sólo en el terreno de la pintura, sino que se interesó por su aplicación en la vida diaria. Entre 1918 y 1922 estudió en la escuela de arte de Vitebsk, dirigida por Marc Chagall, donde conoció a Malévich. Ya en esta época de formación, Suetin se convirtió, junto a Ilyá Chashnik, en uno de los más estrechos colaboradores de Malévich y en un fiel defensor del suprematismo, contribuyendo a su difusión a través de publicaciones, mediante la organización de exposiciones y la creación del grupo Unovis (Los Heraldos del Nuevo Arte).

En 1922 Suetin y otros discípulos acompañaron a Malévich a Petrogrado (hoy San Petersburgo) tras su retirada forzosa de la escuela de Vitebsk. Allí comenzó a trabajar en el Instituto de Cultura Artística (Injuk), donde, entre otras actividades, colaboró con Malévich en la realización de diseños arquitectónicos suprematistas que nunca llegaron a construirse. Esta faceta se vio complementada por su labor como escenógrafo de exposiciones, como por ejemplo la que realizó del pabellón de la Unión Soviética en la Exposition Internationale de 1937 en París. Paralelamente comenzó su tarea como creador de diseños para las porcelanas de la Fábrica Estatal de Cerámica Lomonossov de la ciudad, de la que se convirtió en director artístico en 1932.

Suetin sobrevivió a su amigo Chashnik y a su maestro Malévich. Con motivo de la muerte de este último, en 1935, Suetin se encargó de la decoración del ataúd con motivos suprematistas y de la organización del funeral, que se convirtió en la última manifestación del estilo que ambos habían defendido. A partir de los años treinta aumentó su dedicación por las artes aplicadas, en las que evitó las referencias explícitas al suprematismo, que se había convertido en un estilo artístico no deseado por el aparato gubernamental soviético.

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