Lucas van Valckenborch I era miembro de una gran familia de pintores originaria de Lovaina que, por motivos políticos y religiosos, abandonó las provincias flamencas, ocupadas por los españoles, refugiándose en Alemania. La primera información que de él tenemos es de 1560 cuando se registró como pintor en el gremio de San Lucas en Malinas, donde cuatro años más tarde tomó a Jaspar van der Linden como aprendiz. En 1566 huyó, primero a Lieja y luego a Aquisgrán, donde se había establecido su hermano, el pintor Marten van Valckenborch. Regresó a Amberes entre 1574 y 1575, y en 1579 se convirtió en pintor de la corte del archiduque Matías de Habsburgo, gobernador de las Provincias españolas. Hacia 1582 siguió a su hermano hasta Linz, y ambos se asentaron definitivamente en Frankfurt, hacia 1592-1593, donde, dado el elevado número de obras de esos años, se cree que dirigieron un floreciente taller en el que probablemente también trabajaron otros miembros de la familia Valckenborch.

Su estilo es cercano al de Pieter Bruegel, diez años mayor que él. Sus logros más importantes los consiguió en la pintura de paisaje, aunque también hizo interesantes contribuciones al género del retrato. Sus vistas combinan la composición flamenca tradicional, de grandes panoramas presentados desde un punto de vista elevado, pero se basan, más de lo que sus antecesores lo habían hecho, en la observación directa de la naturaleza, y en sus obras se reconocen parajes reales como los de Lieja, Burschied, Amberes o Viena. A menudo mezcló invención y realidad, como se aprecia en Paisaje de primavera con el Palacio Real de Bruselas (Viena, Kunsthistorisches Museum), en el que el palacio ha sido trasladado a un entorno imaginario; estas combinaciones frecuentemente se embellecían con detalles narrativos de la vida cotidiana. Según Van Mander, fueron sin embargo sus cualidades como retratista las que llamaron la atención del archiduque, de quien se conservan seis imágenes diferentes, algunas a tamaño real, de mano de Van Valckenborch.

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