Anton Zoran Music nace un 11 de febrero de 1909 en Gorizia (Italia) que por aquellos años formaba parte del Imperio Austro-húngaro. Tras una inicial fascinación por la pintura de Klimt y Schiele que conoce en sus estancias familiares en Viena, y gracias a los consejos de su maestro en la Academia de Bellas Artes de Zagreb, el pintor croata Babic, Music se traslada a España en 1935 donde, al tiempo que recorre los amplios y extensos paisajes castellanos, pasa largas sesiones de trabajo en el Museo del Prado como copista de El Greco y de Goya, cuyo romanticismo negro tanto le iba a influir en su obra posterior. El estallido de la Guerra Civil española le lleva a Dalmacia y allí descubre los paisajes semidesérticos y petrificados de Carso, y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial lo conduce a Venecia, ciudad en la que ya en 1943 realiza su primera exposición individual y en la que en 1944 será arrestado por la Gestapo, acusado de participar con los grupos antinazis, y deportado al campo de concentración y de exterminio de Dachau. Allí ejecutará en una suerte de fiebre creativa unos ciento ochenta dibujos de cuerpos de sus compañeros muertos que pueden considerarse el germen de la serie de pinturas ejecutadas entre 1970 y 1975, No somos los últimos, una serie de «muertos colectivos» que Music entiende como el grito de la humanidad eternamente sufriente, como la evidencia de un traumatismo colectivo más allá de todo rasgo individual. Tras distintas estancias en Venecia, Music se instala en París en 1952 y trabaja en una pintura cuyas apariencias abstractas esconden constantes recuerdos de los paisajes áridos de Dalmacia (Tierras dálmatas y Paisajes rocosos) y de la luz y el cielo de Venecia. En París realiza también aguafuertes en el taller Lacourière, por los que en 1956 recibe el gran premio de arte gráfico en la Bienal de Venecia, y en 1957 el premio de arte gráfico en la Bienal de Lubiana. A partir de 1972, tras una primera presentación retrospectiva de su trabajo en el Musée d'Art Moderne de la Ville de Paris, se inician las antológicas de su obra, destacando la de 1977 en Darmstadt, la de 1992 en la Albertina de Viena, compuesta de dibujos, y la de las Galeries nationales du Grand Palais en París en 1995, en la que junto a los paisajes aparecen nuevas series del artista, sus Autorretratos (1987) y Talleres (1990).

Anna Maria Guasch

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