Escena en el jardín de un serrallo forma parte de una serie de cuarenta y tres cuadros fechados entre 1741 y 1743. Describen episodios de la vida de la corte en Constantinopla. El conjunto le fue encargado a Guardi para el mariscal Johannes Matthias von der Schulenburg, a cuyo servicio el pintor trabajó algunos años. La pintura representa una escena en un jardín enmarcado con un fondo arquitectónico algo fantasioso. En el centro de la composición aparece la figura del sultán fumando una pipa y contemplando a una mujer vestida de azul. El lienzo se completa con varios personajes de la corte dispuestos a los lados del núcleo principal y que proyectan la atención hacia el centro de la escena.

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En un jardín enmarcado por unos elementos arquitectónicos decorativos ligeros y fantasiosos, con amplias volutas barrocas, y en cuyo centro se halla una curiosa fuente adornada con surtidores en forma de amorcillos de bronce, el sultán, vestido de amarillo y rojo, sentado sobre un gran cojín, fuma una larga pipa al tiempo que contempla, de pie ante él, la figura azul de la favorita del harén. Otro turco de alto rango está sentado a la derecha y varios criados pueblan la escena.

Esta deliciosa obra (pareja, en la misma colección, de otra que representa La favorita del harén) tiene también una notable relevancia histórica, ya que forma parte de una serie de cuarenta y tres «cuadros turcos», es decir escenas de la vida de la corte en Constantinopla, pintadas por Antonio Guardi para el mariscal Johannes Matthias von der Schulenburg (1661-1747), y que pueden fecharse entre 1741 y 1743. Los cuadros fueron trasladados a Alemania tras la muerte de quien los encargó, acaecida en 1747. Antonio Guardi estuvo al servicio del mariscal entre 1729 y 1730, tras un período inicial en que tuvo por mecenas al conde Giovannelli. En la actualidad se piensa que Schulenburg no fue ningún experto en materia de arte ni un pagador generoso, y se ha comprobado la mísera asignación que cobraba el artista -inferior a la de un cocinero, e incluso a la de un camarero- que estaba contratado casi exclusivamente en calidad de copista. La pasión «turca» de Schulenburg se remonta a su experiencia personal como comandante de infantería de la Serenísima, contra el invasor, y a las batallas ganadas al enemigo muchos años antes (¡Schulenburg incluso encargó retratos de sus adversarios en las batallas de Venecia y Corfú, Ali Bassa y Janum Chogia!). Morassi (1960) localizó toda la documentación (libros de cuentas, peritajes, inventarios, valoraciones, listados de los envíos de obras, etc.) del Schulenburg coleccionista y «mecenas» de Antonio Guardi, conservada en el archivo familiar en Hehlen de un descendiente del militar, el conde Johann Heinrich. La crítica ha subrayado reiteradas veces que el hombre que encargó estas escenas de la vida turca debía de tener en mente (tal vez porque poseía alguna) las estampas realizadas a partir de los cuadros del pintor franco-flamenco Jean-Baptiste van Mour (1671-1737), activo en Constantinopla a partir de 1699 y «peintre ordinaire du Roi du Levant» desde 1725. Van Mour (o Vanmour) publicó igualmente una serie de grabados de los trajes turcos típicos y de la vida en el harén, y hay que recordar que Le Hay de París editó en 1712 una colección de grabados de Mehlinck realizados a partir de las obras de Van Mour (Recueil de cent estampes représentant différentes nations du Levant). Volviendo a Guardi, los libros de cuentas registran en 1742 el pago (a dos cequíes y medio por obra) de once cuadros, y en 1743 de otros 24, es decir de 35 de las 43 obras que componen la serie (las ocho restante las pintó en 1741, único año del que se han perdido los documentos contables).

Heinemann dio a conocer el lienzo de la Colección Thyssen -junto con su pareja- en 1958, adjudicándoselo a Francesco Guardi, el hermano pequeño de Antonio. Watson (1960) y Ragghianti (1963) mantuvieron esta atribución, pero Pignatti (1964) restituyó la pareja de cuadros de tema turco a Antonio, observando que en el reverso del dibujo preparatorio del pendant con La favorita del harén aparecía el boceto de la figura del arcángel Rafael que se ve en uno de los lienzos ejecutados para la cantoría del órgano de la iglesia veneciana homónima, obra atribuida con seguridad al mayor de los Guardi. Posteriormente no se ha puesto en tela de juicio dicha atribución de estos cuadros a Antonio Guardi, si bien en las diecisiete escenas turcas que se han recuperado hasta la fecha se ha defendido la colaboración de Francesco. El propio Morassi (1973) sólo le atribuía a Antonio los dos cuadritos de la Colección Thyssen, los dos de la Colección Cini de Venecia y otros dos pertenecientes a colecciones particulares de Bérgamo (El columpio y Odalisca y soldados en el bosque), asignándole los restantes a su hermano. Ahora bien, aunque sin duda existe cierta discontinuidad estilística, es preciso tener en cuenta la velocidad de ejecución impuesta por Schulenburg (el 10 de mayo de 1743, pago de ocho cuadros turcos de una vez) y el hecho de que, en los documentos, sólo se menciona el nombre de Antonio Guardi (bien como Antonio, bien como «Pittor Guardi», bien como Guardi).

Roberto Contini
 

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