Esta tabla ha sido objeto de numerosos estudios y atribuciones por algunos de los más conocidos historiadores, entre ellos Max Friedländer y Friedrich Winkler. Así Christian Salm la adscribió, en 1969, a Ambrosio Holbein, hijo de Hans Holbein y relacionó el retrato con un dibujo de este pintor conservado en Basilea. Otros estudiosos han atribuido la pintura a diferentes artistas o maestros anónimos hasta que Isolde Lübbeke, en 1991, en su estudio de la pintura alemana de la colección Thyssen-Bornemisza, comparó los rasgos del joven retratado con los de las obras de Ambrosio Holbein y concluyó que se trataba de dos pintores diferentes. En esta obra el artista compone la figura a base de contrastes lumínicos sirviéndose así de la expresividad de los mismos, especialmente entre las zonas oscuras y las más claras.

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Retrato de un joven fue adquirido a la galería Julius Böhler de Berlín en 1929. La obra permaneció inédita hasta su presentación en la exposición de la colección Rohoncz, en la Neue Pinakothek; su primera referencia bibliográfica fue precisamente la reseña en el catálogo de esa muestra. El escueto comentario que se hizo, en el que el óleo figuraba, con interrogación, como obra de Ambrosio Holbein, ponía ya en evidencia uno de los problemas más discutidos de esta pintura: su atribución. En esa primera publicación se recogía también la opinión de Friedländer, que consideró el retrato de un maestro anónimo activo en el sur y lo fechó hacia 1530. Sin embargo, en esos momentos iniciales prevaleció la tesis de Winkler, para el que este trabajo era del hijo mayor de Hans Holbein. En los catálogos de la Colección editados posteriormente, entre 1937 y 1964, la pintura se asignó a un artista anónimo suabo, de la escuela de Augsburgo. Christian Salm, en 1969, publicó de nuevo la pintura como obra autógrafa de Ambrosio Holbein y comparó este busto con un dibujo de Ambrosio conservado en Basilea, donde se representa también el retrato de un hombre joven. Por su parte, Ludwig von Baldass atribuyó la pintura a Leonhard Beck, y Hugelshofer la vinculó al foco de Augsburgo.

La tabla fue objeto de un estudio por parte de Lübbeke dentro del contexto de la pintura alemana de la Colección. La atribución que esta historiadora propuso es la que actualmente presenta la tabla: un pintor anónimo, activo posiblemente en Augsburgo hacia 1525-1530. Lübbeke analizó los rasgos más característicos del estilo del artista que nos ocupa, los comparó con los de Ambrosio Holbein y llegó a la conclusión de que se trataba de dos personalidades distintas. Entre los rasgos que resaltó en este óleo y cuyos equivalentes no halló en la obra de Ambrosio Holbein, se encuentran los contrastes con los que el pintor confecciona la figura, muy intensos entre las zonas más oscuras y las más claras, áreas estas que, además, se refuerzan con resaltes lumínicos. Las diferencias también afectan al dibujo, que es más vigoroso en los trabajos vinculados a Ambrosio. A estas disimilitudes se añade el hecho de que no existen referencias de Ambrosio Holbein después de 1519.

El modelo de la tabla recibe el foco luminoso en su rostro, mientras quedan en penumbra y casi fundidos con el fondo el sombrero, del que se han perfilado sus bordes, y la ropa sobre sus hombros. Una tierra ocre es la encargada de dar color al cabello, al reverso de la tela del cuello del abrigo y a los ojos de la figura.

Mar Borobia

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