Jacopo de’ Tatti nació en Florencia en 1486 y, según cuenta Vasari (1511-1574) en sus Vidas (1568), ya desde pequeño mostró interés por la creación artística. Poco sabemos de estos primeros años, excepto que se inició como aprendiz en el taller del escultor Andrea Sansovino (1460-1529), del cual tomó su apellido, abandonando así el de Tatti.

En 1506 viajó a Roma invitado por Giuliano da Sangallo (hacia 1443-1516), arquitecto del papa Julio II (1443-1513). En esta ciudad pudo estudiar el arte clásico gracias a las esculturas del Belvedere y a los hallazgos arqueológicos que allí se descubrieron, entre ellos el Laocoonte.

Tras este periodo romano, Sansovino regresó a Florencia, donde trabajó desde 1512 a 1518, principalmente como escultor. Entre sus obras más importantes destacan un Santiago el Mayor (hacia 1511-1518) para el Duomo y un Baco (Museo Nazionale del Bargello, Florencia).

De regreso a Roma en 1518 trabajó en diversos proyectos arquitectónicos para el papa León X como en la edificación de la iglesia de San Giovanni dei Fiorentini y en la reconstrucción de la iglesia de San Marcello.

En 1527 se produjo el Saco de Roma y Sansovino huyó a Venecia. El dogo Andrea Gritti (1455-1538) le encargó la restauración de las cúpulas de la iglesia de San Marcos (1527-1529), las cuales se encontraban en mal estado debido al paso del tiempo y a sus débiles cimientos. Gracias al éxito de este trabajo fue nombrado en 1529 proto o arquitecto oficial de la República. Su novedosa arquitectura cambió los cánones constructivos venecianos y estableció una nueva forma de edificación que marcó la personalidad de esta ciudad. Su primera gran obra fue la Biblioteca Marciana, iniciada en 1537 frente al Palacio Ducal.

Completó la ordenación de la antigua plaza de San Marcos con un proyecto que incluía la finalización de las Procuradurías Viejas, el diseño de la Zecca, la loggia bajo el Campanile, y la iglesia de San Gimignano. Paralelamente realizó numerosos palacios privados. El primero de ellos fue el palacio Corner della Ca’ Granda (1533), y el resultado fue tan bello, que pronto se sucedieron encargos de otros nobles deseosos de alojarse en edificios de tanta modernidad. Entre sus esculturas destacan los mármoles de Neptuno y Marte (1554-1556), símbolos del poder de la República en mar y tierra, que decoraban las escaleras de acceso al Palacio Ducal.

Sansovino, que gozó de la amistad de Tiziano (hacia 1485/1490-1576) y Pietro Aretino (1492-1556), dejó muchos discípulos y seguidores. Pronto se convirtió en la figura más sobresaliente de la escultura y la arquitectura veneciana del siglo XVI.