Considerado el padre del futurismo en el Imperio ruso, el pintor ucraniano David Burliuk fue el primogénito de una familia de artistas. Comenzó sus estudios artísticos en Kazan y Odesa y partió a Múnich junto a su hermano Volodymyr, donde ambos estudiaron en la Königliche Bayerische Akademie con Anton Ažbe. Tras continuar su formación en París con Fernand Cormon, volvió a su tierra natal, para recibir clases en Odessa en 1910 y 1911 y en la Escuela de Pintura de Moscú, de la que fue expulsado en 1914.

Tras el regreso a su país, Burliuk se convirtió en impulsor de las nuevas tendencias artísticas que comenzaban a emerger y en promotor del cambio en las anticuadas instituciones culturales locales. Durante estos años, en los que su pintura se movió entre el postimpresionismo y el expresionismo, fue invitado por Wassily Kandinsky a participar en la exposición y el almanaque Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), en el que publicó “Los Salvajes de Rusia”, uno de sus ensayos más influyentes. También en 1912 firmó con Vladimir Maiakovsky el manifiesto “Una bofetada en la cara del gusto del público”, que se convirtió en un documento clave para el futurismo en la Rusia imperial. Por otro lado, su obra y su polémico y activo papel como organizador de eventos futuristas desempeñaron un papel vital para esta corriente en su país.

Tras la Revolución de 1917, Burliuk emigró primero a Siberia, para instalarse posteriormente en Japón y, desde 1922, en Nueva York, donde residió el resto de su vida. En Estados Unidos David Burliuk continuó dedicado a la pintura y la escritura, y en 1930 él y su esposa crearon la publicación Color and Rhyme.

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