Hijo del pintor Jacopo da Treviglio, desconocemos la fecha exacta de su nacimiento, aunque ha sido generalmente aceptada la de 1450, propuesta por Salmi. Durante su formación, estudió la producción de Andrea Mantegna, Cosmè Tura y Francesco del Cossa, de los que aprendió el refinado estilo y la expresividad que caracterizaron sus obras. También se aprecia en su producción la huella de Vincenzo Foppa. Su pintura, expresiva y elegante, ejerció una poderosa influencia sobre Bramantino. Probablemente, su primera obra de la década de los ochenta es La Crucifixión, en la Galleria Nazionale d’Arte Antica de Roma. A esta etapa se puede añadir también una serie de pequeñas tablas que representan escenas de la vida de Cristo y que posiblemente formaron parte de un altar. Entre esas pinturas, que en la actualidad se encuentran dispersas en varias colecciones privadas y museos, están La Circuncisión, en la Accademia Carrara de Bérgamo; La huida a Egipto, en el Art Institute de Chicago, y La Natividad, en la National Gallery de Londres. Nuestro pintor está documentado en 1484 en Milán; a este periodo pertenece el tríptico del Carmine con La Virgen y el Niño con san Leonardo y san Bernardino de Siena, en la Pinacoteca di Brera, Milán. A partir de 1485 trabajó con Bernardo Zenale, pintor y arquitecto, en el retablo dedicado a san Martín en la iglesia del mismo nombre de Treviglio. También realizaron los frescos de la iglesia de Santa Maria delle Grazie, en Milán. En 1490 llevó a cabo, en colaboración con otros artistas, la Sala della Balla, del Castello Sforzesco de Milán, hoy destruida. Al final de su vida ingresó en el convento franciscano de la Annunziata, en Treviglio, y se dedicó a la iluminación de códices.

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