Tras un aprendizaje con el pintor de historia Pierre-Jacques Cazes, Chardin pasó por los talleres de Noël-Nicolas Coypel estudiando, durante ese periodo de su formación, la pintura holandesa y flamenca del siglo XVII, cuya secuela se rastreará en sus primeras composiciones de bodegones. En 1728 participó en la Exposición de la Juventud de la plaza Dauphine; entre las obras que presentó se encontraba el lienzo conservado en el Louvre titulado La raya. La obra de Chardin fue alabada por Largillierre, desempeñando este personaje un papel destacado en su admisión en la Academia ese mismo año. Chardin ingresó en la Academia como pintor de animales y frutas, ofreciendo a la institución, junto a su célebre pintura La raya, otra también conservada en el Musée du Louvre, El buffet. Chardin volvió a participar en la Exposición de la Juventud en 1732 y 1734. A partir de la década de 1730 el pintor empezó a realizar sus primeras composiciones con figuras ocupadas en sus tareas cotidianas y captadas en el entorno de sus hogares. Estas escenas humildes, cargadas de dignidad, son una referencia documental para ilustrar la vida de un sector de la sociedad francesa. Entre esos lienzos de Chardin están La gobernanta, de la Galerie Nationale du Canada, Ottawa, La fregona y El tabernero, ambos en la Hunterian Art Gallery de Glasgow. A partir de 1737, reabiertos los Salones, Chardin expuso en ellos regularmente su obra. En 1755 fue elegido por unanimidad tesorero de la Académie, cargo que ocupó hasta 1774. En 1756 retomó la pintura de bodegones. En la década de 1770, al perder vista, se dedicó al pastel, técnica en la que realizó varios retratos, entre ellos el de su mujer y un Autorretrato que fueron expuestos en el Salon de 1775 y que se conservan en el Louvre. Su obra fue referencia para artistas como Manet, Cézanne y Morandi.

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