Considerado uno de los principales pintores del simbolismo centroeuropeo de finales del siglo XIX, el arte del suizo Ferdinand Hodler estuvo determinado por una concepción del mundo personal dominada por los principios de simetría y ritmo. De origen humilde y huérfano desde temprana edad, comenzó su formación en 1868 de la mano del pintor de vistas de su país natal, Ferdinand Sommer. En 1871 se trasladó a Ginebra para estudiar en la École des Beaux-Arts, donde comenzó a exponer obras en las que predominaban las representaciones de la clase trabajadora.

En 1878 viajó a Madrid y estudió a los grandes maestros del Museo del Prado. Tras su regreso a Suiza, conoció las tendencias simbolistas de la pintura francesa gracias al poeta Louis Duchosal. Sus obras a partir de entonces reforzaron este aspecto y se centraron en representar estados mentales y las principales preocupaciones filosóficas del ser humano. Producto de esta evolución es Noche, de 1890 (Berna, Kunstmuseum Bern), relacionada con la idea de la muerte y del sueño, que fue expuesta con éxito en el Salon de la Rose+Croix de París de 1892. Una posterior serie de veintisiete personajes de la historia suiza en tamaño mayor al natural fueron el comienzo de su carrera como pintor del imaginario nacional suizo así como del gran aprecio de que aún goza en su país natal.

En 1900 participó en la Secession berlinesa, en 1903 en la Secession de Múnich y un año más tarde expuso sus obras junto a las de Edvard Munch y Axel Gallén en la Secession de Viena. En los últimos años de su vida terminó por convertirse en uno de los más innovadores muralistas de la época con trabajos como los que realizó para la Universidad de Jena en 1907 o el Ayuntamiento de Hannover en 1911.Murió en Ginebra en 1918.

Obras