El Lissitzky fue uno de los principales protagonistas de la abstracción rusa. Llegó al arte abstracto bajo la influencia de las ideas suprematistas de Malévich, aunque pronto las abandonó por considerarlas excesivamente místicas. Creció en Vitebsk, en un ambiente profundamente marcado por la religión judía. Dotado para el arte, realizó el examen de ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo, pero fue rechazado por ser judío. Su familia le envío entonces a estudiar ingeniería y arquitectura a Darmstadt, en Alemania. Al estallar la Primera Guerra Mundial regresó a su país, donde en 1915 terminó sus estudios. Se relacionó con grupos artísticos renovadores, por ejemplo con la Sota de Diamantes, y comenzó a dedicarse a la ilustración de temas judíos, como Khad Gadya. En 1919Marc Chagall le invitó a ser profesor de arquitectura y artes aplicadas en la Escuela de Arte de Vitebsk, de la que era director. Allí coincidió con Malévich, cuyas composiciones suprematistas fueron fundamentales en la evolución de su arte hacia la abstracción. Su afán por integrar la pintura y la arquitectura le llevó, hacia 1919, a crear sus primeros Prouns, unas obras que constituyeron su aportación principal al mundo del arte. Son composiciones de tipo geométrico con acusados efectos espaciales y arquitectónicos en los que el artista anuló todas las leyes tradicionales de la perspectiva. En 1921 se trasladó a Moscú a trabajar en los Talleres Superiores Artístico- Técnicos (Vjutemas), donde por aquel entonces estaba emergiendo el constructivismo. Pronto Lissitzky se convirtió en la figura puente entre los movimientos suprematista y constructivista en Rusia, y entre éstos y los demás movimientos de vanguardia europeos.

Lissitzky desarrolló también una importante actividad en el campo de la arquitectura y del diseño gráfico, con un incesante deseo de integrar el arte en la vida doméstica. Asimismo se le considera una figura fundamental en el diseño de espacios expositivos, entre los que destacan la sala de arte constructivo realizada para la Internationale Kunstausstellung de 1926 y el Abstraktes Kabinett del Provinzialmuseum (hoy Sprengel Museum) de Hannover de 1927. Su iconoclastia beligerante le convirtió en uno de los pioneros en la búsqueda de un nuevo lenguaje que sirviera a las necesidades de la nueva era.

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