De Antonio di Manfredo da Bologna, conocido como Antonio Pirri, sólo sabemos que era de origen boloñés. El único documento escrito que le menciona, testifica su presencia en Nápoles en 1511. Se conoce un reducidísimo número de obras, de las cuales sólo tres de ellas están firmadas; La Visitación y San Sebastián, ambas en Milán en el Museo Poldi Pezzoli, y Los santos ermitaños san Antonio y san Pablo, antiguamente en la colección Accorsi, en Turín. En los últimos años, y en base a este pequeño corpus firmado, se le han atribuido al artista otras obras, como es el caso de San Francisco recibiendo los estigmas, del Museo Thyssen-Bornemisza, o La presentación en el templo, en Roma, en una colección privada. En su estilo se aprecian las influencias de Zaganelli, Francesco Francia, Coltellini, Amico Aspertini y Ercole de’ Roberti. Venturi vinculó al artista a la Escuela de Ferrara, basándose en la vivacidad de su paleta y en las delicadas líneas de los rostros de sus modelos, características propias de esta escuela. Otros historiadores defienden, sin embargo, influencias venecianas en su obra, especialmente en su madurez.

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