El pintor Rudolf Schlichter desarrolló su actividad artística en la Alemania de entreguerras. Estrechamente relacionado con los círculos de intelectuales comunistas y revolucionarios, estuvo adscrito primero al dadaísmo y algo más tarde se relacionó estilísticamente a la corriente realista denominada Neue Sachlichkeit (nueva objetividad). Estudió en la Kunstgewerbeschule de Stuttgart y en la Staatliche Akademie der Bildenden Künste de Karlsruhe, donde tuvo como profesor a Wilhelm Trübner. Como muchos otros pintores de su generación, su formación se interrumpió con el estallido de la Primera Guerra Mundial y su obra se vio fuertemente marcada por las experiencias vividas durante este periodo.

En 1919 participó en la formación del Gruppe Rih, que promulgaba la lucha contra la vida burguesa y una democratización de la cultura que hiciese desaparecer las barreras sociales. Poco después se mudó a Berlín para convertirse en miembro del Novembergruppe y del movimiento dadá de la ciudad. Sus implicaciones políticas fueron en aumento, y en 1924 colaboró en la fundación del Rote Gruppe, una asociación de artistas comunistas. En 1925 participó en la exposición Neue Sachlichkeit de Mannheim, que daría nombre a esta corriente.

En torno a 1927 comenzaría la desaparición paulatina de los temas políticos en sus obras, lo que iría parejo a un retorno a la fe católica. En 1932 se trasladó a Rottenburg, donde comenzó a redactar su autobiografía, que fue publicada en dos volúmenes y que el Gobierno nacionalsocialista retiró de la circulación en 1933. Las desavenencias con el nuevo régimen no terminaron en este punto, pues fue expulsado temporalmente de la Reichskammer der Bildenden Künste y encarcelado durante tres meses en 1938. Después de una temporada en Stuttgart, se instaló definitivamente en Múnich, donde moriría en 1955. En los últimos años de su vida, sus pinturas estuvieron marcadas por un pesimismo ligado a la estética surrealista.

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