El artista italiano Gino Severini perteneció al movimiento futurista desde sus inicios. Sus largos años de residencia en Francia hicieron que se convirtiese en un importante puente entre el arte italiano y el francés. Creció en Cortona y en 1899 se trasladó con su madre a Roma, donde comenzó su formación artística en una escuela de dibujo conocida como Gli Incurabili. En 1901 entró en contacto con Umberto Boccioni y con él comenzó a visitar el estudio de Giacomo Balla, a través del que conoció la técnica divisionista de Georges Seurat que le influiría durante una importante parte de su vida.

Poco satisfecho con el ambiente artístico de la capital italiana, Severini se instaló en París en el otoño de 1906. Allí conoció a artistas habituales de Montmartre como Maurice Raynal, Pablo Picasso, Juan Gris, Georges Braque y Max Jacob, contactos que hicieron que su obra se aproximase al cubismo. En 1910 recibió una carta de Boccioni invitándole a firmar el Manifiesto futurista y, como consecuencia, tomó un nuevo camino en un intento de explorar pictóricamente el dinamismo y la velocidad. Esta evolución le llevó a un arte cada vez menos figurativo, en el que predominaba el interés por la investigación de los efectos de la luz entendida como energía. Poco después firmó el Segundo manifiesto futurista y participó en las exposiciones colectivas del grupo. En 1914 escribió su propio manifiesto, Les Analogies plastiques dans le dynamisme, que sin embargo se publicaría mucho tiempo después.

Con el comienzo de la Primera Guerra Mundial sus obras se volvieron paulatinamente más sólidas y volumétricas. En 1916 escribió Du Cubisme au Classicisme, donde ilustraba su propio camino de retorno a la tradición pictórica del Renacimiento italiano. Durante los años siguientes realizó pinturas murales, tanto en Italia como en Francia, y mosaicos, entre los que destacan sus colaboraciones en las obras monumentales que Benito Mussolini mandó erigir durante la década de 1930. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial volvió a París, donde adoptó de nuevo un estilo neocubista.

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