A Wolfgang Beurer se le identificó gracias a unos grabados en los que se hallaron las iniciales W. B., letras que llevaban además una serpiente enroscada. Este hallazgo sirvió de punto de partida a Buchner, en 1927, para individualizar a este maestro aún anónimo y cuyos grabados y obras habían sido anteriormente tomados por impresiones de láminas reelaboradas por otro artista. Más tarde, fue Anzelewsky quien en 1985, a través del dibujo Hombre a caballo del Muzeum Narodowe de Gdansk, con fecha de 1484 y anotaciones del propio Durero, identificó al maestro W. B. como Wolfgang Beurer. Entre las obras que se le han atribuido destacan el Retrato de Johann von Rückingen, en cuyo reverso se representa a un personaje con un escudo de armas y que pertenece a la colección del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Esta obra reviste una importancia especial pues lleva una inscripción con la fecha, 24 de abril de 1487, que ha resultado fundamental para establecer la cronología del autor. Además se considera obra suya una serie de tablas con escenas de la vida de san Sebastián de la catedral de Maguncia.

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