La exposición Hopper será fruto de un proyecto de colaboración del Museo Thyssen-Bornemisza y la Réunion des Musées Nationaux de France; dos instituciones particularmente representativas pues, por un lado, París y las obras del comienzo del siglo XX son referencias fundamentales para Edward Hopper en sus primeros años y, por otro, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid alberga la colección más importante de su obra fuera de los Estados Unidos. A pesar de su gran popularidad y aparente facilidad, las obras de Hopper son uno de los fenómenos más complejos del arte del siglo XX, así lo consideran los dos comisarios de la muestra, Tomàs Llorens (Director honorario del Museo Thyssen-Bornemisza) y Difier Ottinger (Director adjunto del MNAM/Centre Pompidou). Para mostrarlo, la exposición estará organizada en dos partes: una primera mitad que recorrerá la formación del artista, aproximadamente de 1900 a 1924 y representada por un gran cantidad de bocetos, pinturas, dibujos, ilustraciones, grabados y acuarelas que dialogan puntualmente con obras de artistas como Winslow Homer, Robert Henri, John Sloan, Edgar Degas o Walter Sickert; y una segunda parte, a partir de 1925, que presentará su producción madura y que buscará ilustrar su carrera de la forma más completa y amplia posible. Para ello, esta sección combinará grupos temáticos -los motivos y temas más recurrentes en su trabajo- con una narrativa organizada cronológicamente.