Este excelente bodegón evidencia la existencia de un género pictórico que se independizó y triunfó en el siglo XVII. El lienzo es en sí mismo un compendio de la obra del artista, ya que se dan cita las características más sobresalientes de su estilo. Los lujosos objetos que representa, el cuenco chino de época Ming, la copa de cristal con tapa labrada y el tapiz persa se repetirán en su producción. La luz ayuda a descubrir los objetos con unos brillos y reflejos típicos de Kalf. Bodegón con cuenco chino ha sido una pieza fundamental para fijar la cronología artística del pintor, pues es una de las pocas obras que nos ha llegado firmada y fechada.

 

Willem Kalf se estableció en Ámsterdam en 1653, tras su retorno de París, en 1646, y su estancia en Róterdam y en Hoorn, en 1651, ciudad esta última donde contrajo matrimonio. Los tres bodegones de la colección del Museo pertenecen a la etapa de Ámsterdam, en la que Kalf abandonó los grandes formatos de sus suntuosos lienzos de París para presentar sus composiciones en otros más reducidos y con menos objetos representados. Sus telas, en las que se exponen objetos y frutas con una luz tamizada que procede de un lado, tienen a veces como fondo una hornacina que apenas intuimos. La superficie de una mesa, con una piedra de mármol, recibe los objetos que se presentan ordenados, de pie, eligiéndose la línea oblicua tan sólo para algún plato o fuente. En estas composiciones suele colocar altas y elegantes copas en los últimos planos, creando con ellas líneas imaginarias que atraviesan el bodegón y conectan con los primeros planos en los que, en numerosas ocasiones, se elige un cítrico como tarjeta de presentación. Willem Kalf emplea materiales como el cristal que vemos en sus copas o el metal de sus bandejas, pero también incorpora elementos típicamente suyos, como la fuente trabajada que aparece en esta pintura o el cuenco con tapa chino. Cuando Kalf incluye en sus composiciones frutos u enseres más pequeños, como relojes, cáscaras de nueces, huesos de melocotón o pepitas de uvas, suele presentarlos un poco separados del motivo principal, en la esquina de la mesa.

Este lienzo salió a subasta en Ámsterdam en 1778 y se cree que su propietario pudo ser Pieter van den Bogaerde. Posteriormente pasó por la colección del conde Alexis Orlov-Denisov, en San Petersburgo, y en 1911 estuvo en la colección de Michel van Gelder, en el castillo Zeecrabbe, cerca de Bruselas. En 1938 el lienzo está documentado en la colección Cate, donde permanecía tras la Segunda Guerra Mundial. En 1962 fue adquirido por Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza para su colección de Villa Favorita a través de una entidad bancaria establecida en Róterdam.

Este lienzo, firmado y fechado por Kalf en 1662, es una de las pocas obras que sirven de referencia para establecer la cronología de su producción. La composición se articula con pocos objetos, pero muy selectos y exclusivos. Algunas de las piezas utilizadas por Kalf pertenecían a coleccionistas que se las prestaban para que pudiera reproducirlas en sus lienzos. Entre estos objetos originales tenemos un cuenco chino de fines de la época Ming decorado en su frente con los relieves de los ocho inmortales taoístas. Este recipiente, identificado en algunas publicaciones como un azucarero, ha sido visto también como un cuenco para ponche. La copa de vino, con tapa elaborada con filigrana de cristal, reproduce un modelo veneciano fabricado en Holanda. El tapiz persa con florones procedente de Herat y la copa nautilo engastada en plata sobredorada son, como el azucarero, piezas que se encuentran repetidas en otros bodegones suyos, aunque siempre con pequeñas variantes. La iluminación que emplea Willem Kalf es suave y sutil: la luz envuelve los objetos a la vez que nos los va descubriendo. El artista se recrea en el estudio de los brillos y en el juego de reflejos e irradiaciones que se producen entre ellos, consiguiendo un análisis exacto de la luz y de los efectos del color. De algunos de sus bodegones, como éste, se podría extraer una significación que hoy ya no resulta evidente. La selección de cítricos dulces, como la naranja, y ácidos, como el limón, aluden, en compañía del vino, a la templanza y a la moderación.

El lienzo se ha comparado con otra tela conservada en la Gemäldegalerie de Berlín, fechado en el mismo año que nuestra obra, en la que Kalf vuelve a utilizar la bandeja de plata cincelada, el tapete y el cuenco chino, pero visto desde otro ángulo, con la tapadera en distinta posición y con diferente decoración del asidero.

Entre los exclusivos objetos con los que Kalf organiza este bodegón, destaca sobre todos ellos la copa nautilo montada en plata sobredorada. Esta copa decorativa, de gran valor artístico, con delicada decoración, tiene por vástago la figura de un atlante. Su montura representa en lo alto un monstruo marino en cuya cabeza se posa una figura identificada con Neptuno por el tridente que sostiene. Este monstruo marino abre su boca para tragar a un diminuto personaje que se ha identificado en algunas ocasiones como Ulises y en otras como Jonás. Según Roodenburg, este tipo de piezas fue producido en el taller de un orfebre de Utrecht llamado Jan Jacob van Royenstein a finales del siglo XVI.

De la pintura se conocen dos copias: una pertenece a los herederos de la familia Thyssen-Bornemisza y la otra se encuentra en el Göteborgs Konstmuseum de Gotemburgo.

Mar Borobia

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