Canaletto aprendió los principios de la pintura como decorador de amplias escenografías teatrales, oficio en el que ayudó a su padre, Bernardo Canal. En 1719, en compañía de su progenitor, realizó un viaje a Roma, donde conoció la obra de un vedutista amante de las ruinas clásicas y de las grandes vistas, Giovanni Paolo Panini. En su formación como pintor ocupan un lugar relevante, por la influencia que tuvieron sobre él, los trabajos de Luca Carlevarijs y Marco Ricci. De vuelta a Venecia, en 1720, se inscribió en el gremio de pintores, en cuyo registro figura hasta 1767. En la década de 1720 se fechan sus primeras vistas de Venecia, correspondientes a encargos de Stefano Conti y del príncipe de Liechtenstein. Su amistad con el cónsul británico Joseph Smith, principal cliente y difusor de su arte en Gran Bretaña, data también de esos años. Entre 1740 y 1741 realizó un viaje por el río Brenta durante el cual ejecutó numerosos dibujos y pinturas. En 1746 se marchó a Inglaterra, donde permaneció, con una serie de intervalos, hasta 1756. De esta etapa son sus vistas de la campiña inglesa y de Londres. En 1760 está de nuevo documentado en Venecia, ciudad en la que continuó su actividad pictórica, aunque se detecta ya una regresión en su capacidad creativa. Canaletto fue nombrado, en 1763, miembro de la Academia de Pintura y Escultura. A la altura de su pintura hay que situar sus trabajos como dibujante y grabador, entre los que destacan sus series de aguafuertes, como la dedicada al cónsul Smith, Vedute altre prese dai luoghi altre idéate. Gran parte de su producción estuvo destinada a coleccionistas extranjeros que, a su paso por Venecia durante el Grand Tour, adquirían sus pinturas.

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