En el marco de la exposición Ana Esteve Reig. Escenarios de ficción, el hall del museo se convierte en el escenario de una random dance con distintos grupos que, a partir de canciones aleatorias, bailan de manera improvisada.  

La acción busca llevar del vídeo al espacio físico esas coreografías de las calles, y convertir al museo en un lugar para visibilizar la diversidad a través del movimiento, la música y el baile.