Con motivo de la celebración de la exposición Vanguardias rusas, organizada conjuntamente por el museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid, el museo ofreció un ciclo de cine ruso de vanguardia que complementa el contenido de la muestra. La exposición puso de manifiesto cómo el renacimiento cultural que vivió Rusia en las primeras décadas del siglo XX abarcó no sólo a las artes plásticas, sino también a la música, al teatro y la literatura, incluso a las ciencias, la tecnología y la filosofía.

Las nuevas tecnologías de la imagen, principalmente el cine, representaban en la vanguardia rusa el paradigma de un nuevo orden artístico que quiere integrarse en la revolución para cambiar la vida cotidiana. Al mismo tiempo, el cine ruso de vanguardia fue fundacional en su concepción como forma de expresión artística (frente a la idea de cine como espectáculo de entretenimiento). El cine ruso de estos años se caracteriza por las innovaciones que aportó tanto desde el punto de vista técnico como de contenidos, siendo considerado el más avanzado de su época.

El ciclo que presentamos ofrece una selección de películas que revisa casi toda la cronología del cine bolchevique, de 1924 a 1934. Algunas de ellas consideradas obras maestras, como El acorazado Potenkim de Einsenstein o La Madre de Pudovkin; otras, piezas raras que escasamente han podido verse, como Aelita, reina de Marte de Protazanov o Las extrañas aventuras de Mr. West en el país de los bolcheviques, de Kuleshov. Todas ellas, en su conjunto e individualmente, nos demuestran por qué el cine ruso de estos años está considerado como uno de los momentos de mayor esplendor de este arte.