A comienzos de noviembre, 11.000 científicos de 153 países publicaron una carta abierta a los poderes públicos en la que advirtieron de que es preciso introducir cambios sustanciales en la sociedad para evitar “un sufrimiento incalculable debido al cambio climático”. Esta llamada a atender las consecuencias del cambio climático formó también parte destacada de la reciente 25ª Conferencia General del ICOM celebrada en Kioto, en la que se propuso que la “definición de museo debe reconocer la urgencia de la crisis en la naturaleza y el imperativo de desarrollar e implementar soluciones sostenibles.”

En los últimos años, el Museo Thyssen ha mostrado su compromiso con los temas medioambientales a través de exposiciones organizadas junto a Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) -como Purple, de John Akomfrah (2018), y El bosque soberano, de Amar Kanwar (2019)- y de su ambiciosa política de sostenibilidad.

En esta ocasión, nos sumamos a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), que se celebra en Madrid, con la instalación de la obra Western Flag, de John Gerrard, en colaboración con TBA21, y la organización de visitas guiadas gratuitas por los cuadros de las colecciones Thyssen más vinculados a la emergencia climática y al binomio “naturaleza y civilización”.

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