Esta tabla ha sido objeto de varias atribuciones como Jacob van Amsterdam Cornelisz. por Friedländer, círculo de Lucas van Leyden por Franz Düllberg y Cornelis Engebrechtsz., de nuevo por Friedländer. Finalmente fue Colin Eisler, en 1989, quién la adscribió a un pintor anónimo de origen holandés. La obra fue objeto de diferentes estudios técnicos y uno de ellos, realizado en la década de los ochenta por el restaurador Emil Bosshard, sacó a la luz un dibujo subyacente, visible en algunas partes de la pintura. Gracias a ello se constató que el artista realizó cambios sustanciales en la pintura final con respecto a este dibujo, especialmente en el diseño de las manos del protagonista, cuya identidad se desconoce; y que están resueltas de un modo muy esquemático. Esta imagen fue pensada para ser expuesta con un marco de medio punto, pues la pintura del fondo finaliza en la zona superior en semicírculo.

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La primera vez que se registró esta tabla en la Colección fue en el catálogo editado en 1937. En esta publicación, a cargo de Rudolf Heine mann, la obra estaba adscrita a Jacob van Amsterdam Cornelisz., siguiendo los criterios del especialista Max J. Friedländer. Franz Dülberg, en 1904, situó el óleo próximo a la escuela de Lucas van Leyden, y Friedländer, que en 1937 volvió a revisar y a estudiar la pin tura, la incluyó dentro de la producción del holandés Cornelis Engebrechtsz., autoría con la que fue publicada en los catálogos de la colección Thyssen-Bornemisza hasta 1989. En ese año, Colin Eisler, a quien se le encargó la revisión de las pinturas de los primitivos neerlandeses, consideró la tabla de un anónimo maestro holandés. Con anterioridad, en 1977, en su examen sobre la figura y la obra de Cornelis Engebrechtsz, Walter S. Gibson excluyó la tabla de la producción de ese artista. Esta circunstancia, junto a otras valoradas por el propio Eisler, llevaron a este historiador a clasificar la pintura como la obra de un maestro anónimo activo en Holanda; aspecto este que no se descartó en ninguna de las atribuciones que tuvo el óleo. La autoría de esta tabla, desde la fecha de su primera publicación y presentación al público en una exposición celebrada en Brujas en 1902, ha sido, como podemos apreciar, bastante discutida.

La tabla fue objeto de un estudio técnico en la década de 1980, realizado en Villa Favorita por el restaurador encargado en aquellos años de la Colección, Emil Bosshard. La reflectografía infrarroja descubrió un sugestivo dibujo subyacente con algunos pequeños cambios respecto al estado de color. Apreciable a simple vista en algunas zonas de la pintura, este dibujo preparatorio se mostró especialmente llamativo en las manos y en el ropaje, concretamente en la manga derecha del personaje. En este documento vemos cómo se han resuelto los dedos y cómo, en la mano y en la manga derecha, se construyen las sombras con trazos sencillos y esquemáticos. También se detecta, en la comparación con el dibujo, una pequeña modificación en el dedo pulgar entre el encaje inicial y el resultado final.

La pintura fue diseñada para exhibirse con un marco en medio punto, como se aprecia en el intenso fondo verde, recortado en semicírculo, con los ángulos del borde superior vistos.

Mar Borobia

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