Perteneció a una de las familias más importantes de pintores italianos, responsable de la difusión e introducción del Renacimiento en Venecia. En 1460 está documentado, junto con su hermano Giovanni, como aprendiz en el taller paterno, colaborando en importantes proyectos. Gentile fue pintor oficial de la República veneciana y se especializó en retratos y grandes obras narrativas, en las que representaba con gran detalle su ciudad y sus habitantes. El momento más importante como pintor oficial fue la asignación en 1479 de una misión a la corte del sultán turco Mohammed II en Constantinopla, de la que se conserva una medalla realizada por el artista. Su estilo se caracteriza esencialmente por su gran sentido anecdótico y el énfasis que pone en los pequeños detalles, que permanecen como una constante a lo largo de toda su carrera artística y que conviven con notas paduanas y de Andrea Mantegna, quien contrajo matrimonio con su hermana.

Su obra más temprana, fechada en 1465, es el retrato de Lorenzo Giustiniani, de la Galleria dell’Accademia de Venecia; de esta época es también La Virgen y el Niño con dos donantes de la Gemäldegalerie de Berlín. En 1466 trabajó en uno de sus más importantes proyectos: la serie de pinturas de la Pasión para la Sala Maggiore de la Scuola Grande di San Marco, destruidas por el fuego en 1485. La importancia de esta obra radica en que contribuyó a incrementar notablemente la reputación y la fama de nuestro artista. Por estas fechas también colaboraba con su hermano. No obstante, no es hasta 1474 cuando le encargan un ambicioso proyecto, claro exponente de su madurez artística, la Sala del Maggior Consiglio del Palazzo Ducale. Tras su vuelta de Constantinopla, trabajó para el duque de Mantua, Francesco Gonzaga II.

En sus últimos años redujo su actividad debido a su delicado estado de salud y dejó estipulado que, a su muerte, los trabajos que dejara incompletos los finalizara su hermano pequeño, Giovanni.

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