Fue el primer miembro de una saga de pintores neerlandeses, pudiendo aprender su oficio en su ciudad natal. Tras posibles estancias en Bruselas, Brujas y Amberes, donde estudiaría las obras de Jan van Eyck y Rogier van der Weyden, se estableció en Lovaina. Entre 1447 y 1448 se casó con Katharina van der Bruggen, una joven de familia acomodada con la que tuvo cuatro hijos. En Lovaina formó un importante y próspero taller en el que educó a sus hijos en el arte de la pintura. A partir de 1457 y hasta su muerte, en 1475, Dirk Bouts aparece mencionado en numerosos documentos, siendo nombrado pintor oficial de su ciudad de adopción en 1468. Nuestro artista es juzgado por el historiador Carel van Mander como el fundador de la Escuela de Haarlem, y hoy en día es considerado como su creador y principal representante, junto con Albert van Ouwater y Geertgen tot Sint Jans (Gerardo de San Juan). Su principal aportación a la pintura neerlandesa del siglo XV fue su innovadora representación del paisaje, al que dotó de una nueva profundidad. En sus pinturas se evidencia su origen, especial - mente por el tratamiento que da a los retratos y el naturalismo que les inculca.

Son escasos los datos que se conocen acerca de su vida y de sus primeras obras, aunque en 1457 el pintor ya estaba establecido en Lovaina. Entre sus trabajos más tempranos destaca el tríptico conservado en el Museo Nacional del Prado, en Madrid. Muchas de sus primeras obras fueron atribuidas a Ouwater y a Petrus Christus, y en ellas se aprecian muchos de los rasgos que definen su estilo: como la fría expresión de los rostros, el dominio de la luz, la suavidad de las sombras y un especial interés por el paisaje, de gran delicadeza y refinamiento. La influencia de Rogier van der Weyden se evidencia en sus esquemas compositivos en los que las escenas son vistas a través de marcos arquitectónicos. De su etapa de madurez son sus dos únicas obras documentadas: el Retablo del Santo Sacramento, en la Sint- Pieterskerk de Lovaina, y las tablas con la Justicia del emperador Otto III, del Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique en Bruselas. Un tema característico de nuestro artista y de su taller son las imágenes de la Virgen y el Niño de medio cuerpo. En cuanto a los retratos son pocos los que se han conservado, formando la mayoría parte de obras más complejas, como el Retrato de un hombre de la National Gallery de Londres, que tal vez fue uno de los motivos del ala derecha de un altar.

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