Se formó en su ciudad natal, con Ulrich Apt, el Viejo, en cuyo taller está documentado a partir de 1493. En 1500, antes de establecerse definitivamente como maestro independiente en Augsburgo, Jörg Breu realizó un viaje por Austria, dejando a su paso retablos en la Stiftekirche, en Zwettl, en el monasterio de Aggsbach y en la iglesia de Melk. En estas obras de juventud, que se encuentran entre los primeros ejemplos de la Escuela del Danubio, se aprecia un interés por la naturaleza y la representación del paisaje, así como influencias de la pintura de Jan Polack y de los grabados de Martin Schongauer y Durero. En 1502 se encuentra de nuevo en Augsburgo, donde abre su propio taller y contrata aprendices, entre ellos su hermano Klaus. Jörg Breu destaca por su versatilidad: trabajó la pintura religiosa, la de historia, la decoración al fresco, y realizó diseños para grabados y vidrieras. Sus encargos más importantes los recibió en Augsburgo, de la familia Fugger. Para ellos realizó la decoración de las alas del órgano de la capilla familiar, en la iglesia de Santa Ana, in situ, y las pinturas al fresco en la fachada trasera de la Fuggerhaus, de las que todavía se conservan algunos fragmentos. También conocemos su participación, junto con Ulrich Apt, el Viejo y otros artistas, en la decoración exterior del ayuntamiento de Augsburgo, que no ha llegado hasta nuestros días. Las obras de su última etapa muestran un interés por el manierismo, incorporando un fuerte colorido, expresiones más exageradas y acusados pliegues en las ropas de sus personajes. En ese periodo destacan los trabajos que realizó para el duque Guillermo IV de Baviera: La historia de Lucrecia y La batalla de Zama, ambas en la Alte Pinakothek de Múnich. A su muerte, en 1537, su hijo Jörg Breu II, alumno y ayudante, tomó la dirección de su taller.

Obras