El pintor ucraniano Volodymyr Burliuk fue miembro de una familia con inquietudes artísticas. Tanto él como sus cinco hermanos mostraron capacidad para el arte o la literatura, lo que provocó que su trayectoria estuviese íntimamente ligada a la del resto de su familia, en especial a la del hermano primogénito, David. Junto a él acudió a las escuelas de arte de Kazan y Odesa, y posteriormente partió a Múnich, donde ambos estudiaron con Anton Ažbe. Gracias a esta estancia, estableció importantes contactos en Alemania, especialmente con Wassily Kandinsky, y participó en el Erster Deutscher Herbstsalon de 1913.

A su regreso a su país natal, tomó contacto con los grupos artísticos renovadores y participó en la organización de las exposiciones de la Sota de Diamantes y la Unión de la Juventud, en las que también mostró su obra. A pesar de estar al corriente de las novedades del panorama artístico europeo, Volodymyr Burliuk prefirió presentarse a sí mismo como un salvaje sin bagaje cultural. Sus obras de esta época se centraban en representar escenas o personajes populares con un estilo despojado de artificio, que buscaba una vuelta a lo popular y formalmente ligado al neoprimitivismo.

A partir de 1911 su pintura se acercó a diversos movimientos de vanguardia, en especial al cubismo. Sus ilustraciones para publicaciones futuristas, como Sadok Sudey, dan muestra de ello.

Desde 1915 sirvió en el ejército ruso y murió en 1917 en Salónica, durante la Primera Guerra Mundial.

Obras