Robert Campin ha sido identificado con el anónimo Maestro de Flémalle, personalidad esta última que debe su nombre al lugar —el monasterio de Flémalle, cerca de Lieja— de donde proceden las tablas conservadas en el Städelsches Kunstinstitut de Frankfurt y que sirvieron de referencia para agrupar, por similitud estilística, una discutida producción artística. El nombre de Campin se menciona en documentos fechados en 1405 y 1406 en Tournai, donde está registrado como pintor y cuya ciudadanía adquirió en 1410. Consta que tomó parte en los conflictos gremiales que tuvieron lugar hacia 1420 en su ciudad de adopción, y que doce años más tarde fue condenado, intercediendo por él Margarita de Borgoña. El artista permaneció en Tournai hasta 1444, fecha de su muerte. Fue un pintor de reconocido prestigio en su época, como atestiguan su patrimonio y un floreciente taller. Entre sus discípulos se encuentran Jacques Daret y Rogier van der Weyden, pintores, ambos, representados en nuestro museo. De estos aventajados discípulos, Van der Weyden acusó en sus obras tempranas las características más sobresalientes de su maestro. A Robert Campin, como apuntó Charles de Tolnay, se debe la ruptura con el gótico internacional y el nacimiento de una nueva forma de interpretar la realidad de la que fue creador junto con Jan van Eyck. En la obra de Campin encontramos el óleo ya aplicado en capas finas, así como un modelado de fuerte plasticidad. Entre las tablas que se le han atribuido se encuentran La Natividad, de hacia 1420-1425, del Musée des Beaux-Arts de Dijon, el Tríptico Mérode, de hacia 1426, del Metropolitan Museum de Nueva York, la Santa Bárbara leyendo, del Museo Nacional del Prado de Madrid, y un mural en el Halle des Jurez en el que representó al rey, la reina y el delfín de Francia junto a dos santos, fechado en 1428 y destruido en 1436, y que conocemos a través de copias. De su faceta como retratista destacamos el Retrato de una mujer, hacia 1430, de la National Gallery de Londres.

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