Nacido en el Franco Condado, en el seno de una familia de terratenientes, Gustave Courbet fue educado en los principios de Voltaire y de la República. En 1839 se trasladó a París para estudiar Derecho, pero pronto cambió sus planes para dedicarse al arte. En la capital francesa estudió a los grandes maestros en el Louvre y se relacionó con el mundo de la bohemia intelectual. Las tres obras que presentó en el Salon de 1851, Los picapedreros de 1849 (destruido en 1945 en Dresde, Galerie Neue Meister), Entierro en Ornans de 1849-1850 (París, Musée d’Orsay) y Los campesinos de Flagey de 1850 (Besançon, Musée des Beaux- Arts et d’Archéologie), revelaron la consolidación de su estilo realista y causaron un fuerte impacto en el público por ser la primera vez que el pueblo llano era elevado a la categoría de arte.

Tras el golpe de estado de Napoleón III y el inicio de un nuevo periodo absolutista, que supuso una vuelta al conservadurismo en los gustos oficiales, las obras de Courbet fueron rechazadas en el Salon de 1855.Al ver relegada su ambiciosa obra El estudio del artista, una alegoría real, de 1854-1855 (París, Musée d’Orsay), Courbet hizo una manifestación pública de su talante rebelde y protagonizó un hecho insólito hasta entonces: expuso sus obras junto al Salon oficial en un pabellón propio que se anunciaba con el título de Realismo. Con motivo de esta experiencia, que repetiría en 1867 junto con Édouard Manet, el artista escribió un manifiesto en el que dejó plasmadas sus ideas artísticas. Para Courbet, el arte debía derivar de la observación objetiva del natural, y propugnaba un realismo anticlásico, antirromántico, antiacadémico, progresista y social.

A mediados de la década de los cincuenta, Courbet se dedicó en menor medida a los temas sociales y comenzó una etapa en la que se centró en representar paisajes y escenas de caza, junto a buen número de retratos y desnudos. El Franco Condado, su tierra natal, se convirtió en su principal fuente de inspiración. Años después, de nuevo políticamente activo, Courbet tomó parte en la Comuna de París, establecida en 1871 tras la derrota de Francia en la guerra franco-prusiana. Al ser nombrado presidente de la federación de artistas responsables de la conservación de los bienes artísticos de París, abolió la École des Beaux-Arts y todas las medallas del Salon, aunque mantuvo el jurado. Durante su mandato, la columna de la place Vendôme, erigida poco antes para conmemorar las victorias napoleónicas, fue destruida, y Courbet fue acusado de ser el principal instigador. En 1873, tras ser encarcelado seis meses y obligado a pagar su reconstrucción, el artista se trasladó a Suiza, donde vivió exiliado los últimos años de su vida.

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