El pintor holandés Cornelis Theodorus Maria van Dongen, conocido como Kees van Dongen, asistió a clases de dibujo en la Akademie voor Beeldende Kunsten de Rotterdam y trabajó en el Rotterdamsche Nieuwsblad antes de emigrar a París en 1897. A su llegada a la capital francesa, Van Dongen conoció al crítico Félix Fénéon y con el grupo de artistas asociados a La Revue Blanche que dirigía. Realizó ilustraciones, política y socialmente comprometidas, para revistas como L’Assiette au Beurre en 1901, muchas de ellas dedicadas al tema de la prostitución.

Si bien en un principio en su obra dominaban los tonos oscuros, por influencia de su educación holandesa y su admiración por la figura de Rembrandt, pronto su paleta comenzó a ampliarse por la conexión de su obra con el fauvismo. De hecho, los contactos con los componentes de esta corriente se hicieron efectivos en 1906 y expuso junto a ellos hasta 1912. Paralelamente se relacionó también con los expresionistas alemanes, con los que expondría en 1908 tras recibir la invitación del grupo Die Brücke a través de Max Pechstein.

Entre 1910 y 1913 realizó varios viajes a España, Marruecos y Egipto, en los que se centró en realizar una serie de paisajes. La atracción que sintió por el exotismo de estos parajes se vio también reflejada en sus ilustraciones para la edición de Las mil y una noches del Dr.Mardrus, publicada en París en 1918. Posteriormente retornaría a su temática predilecta, la figura humana, y se centró en la imagen femenina, contemplada desde un punto de vista sensual. Gracias a la marquesa Casati y a su amiga Jasmy Jacob entró en contacto con el llamado beau monde de París. Los encargos se multiplicaron y se convirtió en el retratista de personajes famosos, para los que además organizó suntuosas fiestas y recepciones en numerosas ocasiones.

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