Hijo del importante pintor florentino Domenico Ghirlandaio. Su primera formación la recibió de su padre, y después de sus tíos, Benedetto y Davide Ghirlandaio, quien a la muerte de Domenico, en 1494, tomó la dirección del taller familiar. Su primera obra documentada es una Virgen realizada en 1507 para la catedral de Prato, en la que se percibe tanto la influencia de Domenico, como la más moderna de Fra Bartolommeo, con quien, según Vasari, Ridolfo estudió. En sus pinturas más tempranas se advierte un interés por Piero di Cosimo; además sabemos que conoció y admiró la obra de Leonardo, como se detecta en su cuadro Camino al Calvario de la National Gallery de Londres, que mantiene similitudes con los cartones de Leonardo de La batalla de Anghiari. Ridolfo fue amigo personal de Rafael, con quien mantuvo un contacto mayor durante la última estancia de éste en Florencia, entre 1504 y 1508, y cuyo estilo le influyó. Vasari nos cuenta que Rafael llegó incluso a confiarle los últimos toques de una de sus obras, identificada por Milanesi como La Virgen y el Niño con san Juanito, del Musée du Louvre, París.

En 1515 recibió su primer encargo oficial importante: la decoración de la Cappella dei Papi, en el convento de Santa Maria Novella, que realizó asistido por Jacopo Feltrini y Jacopo da Pontormo. Entre sus trabajos más relevantes están El milagro de san Zenobio y El traslado del cuerpo de san Zenobio (convento de San Salvi, Florencia), ambas pintadas, en 1517, para la confraternidad del santo. Se dedicó también al género del retrato y al diseño de decoraciones festivas por encargo de los Medici, como las realizadas para celebrar los esponsales de Lorenzo de Medici, duque de Urbino, en 1518.

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