El nombre con el que se ha identificado a este artista anónimo se debe a una tabla con una representación de la Virgen, de más de medio cuerpo y con un paisaje de fondo, que se muestra en el Musée Jacquemart André de París. Se le han atribuido únicamente dos obras, además de la del museo parisino: La Virgen y el Niño, del Everhart Museum de Scranton (Pennsylvania), y otra tabla de La Virgen con el Niño entre ángeles, que pertenece a la colección del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. En segundo plano en sus pinturas aparece una ciudad, que se ha identificado como Brujas al reconocerse en ellas la torre campanario de la catedral de Notre-Dame.

Su estilo retoma las enseñanzas tradicionales de Jan van Eyck, del que se le considera fiel heredero, y de Petrus Christus, aunque también se detecta cierta influencia de Gerard David, contemporáneo suyo. Un claro ejemplo es la pintura del Museo Thyssen-Bornemisza, en la que la huella de la obra de David es evidente, al conservar estrechos lazos compositivos con La Virgen y el Niño con cuatro ángeles del Metropolitan Museum de Nueva York. Este maestro resulta quizá algo arcaizante para su época, pues, a pesar de haber traspasado el umbral del siglo XVI, nunca llegó a hacerse eco de los elementos renacentistas que sus contemporáneos fueron incluyendo en sus obras. En su pintura destaca el gusto por los detalles y lo anecdótico, la gravedad y nobleza de las expresiones junto a la descripción de los ropajes.

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