El pintor italiano Amedeo Modigliani formó parte del grupo de artistas de vanguardia que a principios del siglo XX se asentaron en París y compartieron experiencias vitales y artísticas. A pesar de ello, se mantuvo prácticamente al margen de los ismos y desarrolló un estilo figurativo centrado en la figura humana, con un interés especial en el rostro y el cuerpo femenino.

La infancia de Modigliani estuvo marcada por su débil salud, que le acompañó el resto de su vida. Comenzó estudiando en su ciudad natal con el pintor Guglielmo Micheli, representante de la pintura en plein-air, y viajó con su madre por diferentes ciudades italianas. En 1902 ingresó en la Accademia di Belle Arti de Florencia, y en 1906 se trasladó a París. Se instaló en Montmartre y comenzó a asistir a clases en la Académie Colarossi. Se relacionó con numerosos artistas de vanguardia y en sus obras se sintió la influencia de Henri Toulouse-Lautrec, el fauvismo y de la época azul de Pablo Picasso, así como de los retratos de la última etapa de Paul Cézanne. Además, Modigliani comenzó a interesarse por la escultura y, en 1909, el doctor Paul Alexandre, que se había convertido en su patrono, le presentó a Constantin Brancusi. Las obras del escultor rumano y su admiración por el arte no europeo, en especial por las máscaras africanas que probablemente había conocido a través de Picasso en 1909, influyeron en la serie de cabezas, figuras de pie y cariátides que realizó entre 1909 y 1914.

En 1914 Modigliani abandonó la escultura y retomó la pintura, en la que desde entonces se observó la transposición bidimensional de muchos de los elementos estilísticos desarrollados en el campo escultórico. Los retratos de esta época representan a sus numerosas amantes y a sus amigos, entre los que se encontraban muchos miembros de la vanguardia artística y literaria parisiense, como Diego Rivera, Chaïm Soutine y Jean Cocteau. Sus figuras tendieron cada vez más a la estilización de rostros y cuellos alargados y la vista perdida, características que se acentuarían aún más con una de sus últimas modelos, su compañera sentimental desde 1917, Jeanne Hébuterne.

Amedeo Modigliani no consiguió el reconocimiento de su obra durante su corta existencia. En 1917 la Galerie Berthe Weill organizó la única muestra individual del artista en vida, de la que fueron descolgados por obscenos los desnudos el mismo día de la apertura al público. Murió en 1920, víctima de tuberculosis, que se había visto agravada por el abuso del alcohol y la dura situación económica en la que vivía.

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