Miembro de una familia de artistas, su padre Nerio y sus hermanos Guido y Muccio también se dedicaron a la pintura. Ugolino se formó probablemente con Duccio y llegó a disponer de un prestigioso e importante taller. Documentado en Siena entre 1317 y 1327, su muerte, según Vasari, debió de producirse entre 1339 y 1349. En Florencia pintó para la iglesia de Santa Croce su única obra firmada, el políptico de La Virgen y el Niño con santos, desmantelado en el siglo XVI para construir un cimborrio diseñado por Vasari. En la actualidad, esta obra se encuentra repartida por varios museos y colecciones, entre los que podemos citar la National Gallery de Londres con San Simón y san Tadeo, la Gemäldegalerie de Berlín con San Matías y santa Isabel de Hungría y el Metropolitan Museum de Nueva York con La Última Cena.

En el diseño y composición de sus obras se proyecta con claridad la sombra de su maestro. No obstante, en lo que a técnica se refiere se diferencia notablemente, debido a la preferencia de Ugolino por la azurita al elaborar los azules frente al ultramar de Duccio, a su compleja y rica paleta de color y al escaso uso del dibujo preliminar que se ha detectado en sus obras.

Entre las pinturas que le han sido atribuidas destacamos el retablo para el altar mayor de Santa Maria Novella en Florencia, dos polípticos que representan a la Virgen y el Niño con santos, del Clark Art Institute de Williamstown (Massachusetts) y del Cleveland Museum of Art, respectivamente, y Santa Ana y la Virgen, de la National Gallery of Canada en Ottawa, claro ejemplo de la madurez de su estilo. Esta última contiene elementos iconográficos que marcan una evolución con respecto a su trayectoria artística, especialmente en lo que a la representación del mundo de las emociones se refiere.

Obras