Francis Picabia
París, 1879-1953
El artista francés Francis Picabia destacó en el panorama artístico de principios del siglo XX por su libertad de espíritu y su gran versatilidad para cambiar de estilo siguiendo sus propios impulsos. Su inconformismo le llevó a relacionarse con el movimiento dadá y a contribuir decisivamente en la difusión de esta corriente por España, Francia y Estados Unidos.
Asistió a clases en la École des Arts Décoratifs de París y sus obras tempranas, cercanas a las de Camille Pissarro y Alfred Sisley, pronto recibieron amplio reconocimiento. Sin embargo, Picabia no tardaría mucho en abandonar el estilo postimpresionista para acercarse en 1912 al arte de vanguardia de mano del orfismo. Por esas fechas también entabló amistad con Marcel Duchamp.
En 1912 exhibió su obra en la Section d’Or y un año más tarde en el Armory Show de Nueva York. Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial se instalaría en la ciudad de los rascacielos, donde coincidió de nuevo con Duchamp y conoció a Alfred Stieglitz, con el que colaboró en la revista 291. En 1916 vivió por un tiempo en Barcelona, donde fundó la revista 391, en la que publicaría una antología de sus poemas, considerados el precedente de la escritura automática y de gran importancia para el desarrollo del movimiento dadá en Francia. Un viaje a Suiza por motivos de salud le permitió entrar en contacto con Tristan Tzara y Hans Arp. En 1919 se instaló de nuevo en París; allí colaboró en la creación del grupo dadá de París y conoció a André Breton, que le defendería en los numerosos escándalos que provocaron sus publicaciones.
Tras su ruptura en 1921 con el grupo dadaísta participó en la puesta en escena del ballet Relâche, con música de Erik Satie, y escribió el argumento de la película Entr’acte de René Clair. Hastiado del ambiente artístico parisiense, en 1925 compró una casa en Mougins, cerca de Cannes, época en la que inició su serie Monstruos. Al final de su vida, de vuelta a París tras acabar la Segunda Guerra Mundial, se sintió atraído por la pintura abstracta, convirtiéndose en unos de los precursores del art informel.
Asistió a clases en la École des Arts Décoratifs de París y sus obras tempranas, cercanas a las de Camille Pissarro y Alfred Sisley, pronto recibieron amplio reconocimiento. Sin embargo, Picabia no tardaría mucho en abandonar el estilo postimpresionista para acercarse en 1912 al arte de vanguardia de mano del orfismo. Por esas fechas también entabló amistad con Marcel Duchamp.
En 1912 exhibió su obra en la Section d’Or y un año más tarde en el Armory Show de Nueva York. Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial se instalaría en la ciudad de los rascacielos, donde coincidió de nuevo con Duchamp y conoció a Alfred Stieglitz, con el que colaboró en la revista 291. En 1916 vivió por un tiempo en Barcelona, donde fundó la revista 391, en la que publicaría una antología de sus poemas, considerados el precedente de la escritura automática y de gran importancia para el desarrollo del movimiento dadá en Francia. Un viaje a Suiza por motivos de salud le permitió entrar en contacto con Tristan Tzara y Hans Arp. En 1919 se instaló de nuevo en París; allí colaboró en la creación del grupo dadá de París y conoció a André Breton, que le defendería en los numerosos escándalos que provocaron sus publicaciones.
Tras su ruptura en 1921 con el grupo dadaísta participó en la puesta en escena del ballet Relâche, con música de Erik Satie, y escribió el argumento de la película Entr’acte de René Clair. Hastiado del ambiente artístico parisiense, en 1925 compró una casa en Mougins, cerca de Cannes, época en la que inició su serie Monstruos. Al final de su vida, de vuelta a París tras acabar la Segunda Guerra Mundial, se sintió atraído por la pintura abstracta, convirtiéndose en unos de los precursores del art informel.