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Christoph Scheller San Pablo y San Antonio ermitaño

Bernhard Strigel fue un importante pintor alemán de finales del siglo XV y principios del XVI, y su obra refleja la huella de otros destacados artistas de la época como Durero o Dieric Bouts. Estas dos tablas de la colección Thyssen-Bornemisza debieron formar parte de un conjunto de grandes dimensiones, probablemente con una escultura o un conjunto en el centro, a cuyos lados se localizarían nuestras dos tablas. En el exterior de las obras se añadieron sendos relieves de madera policromada, que representan a san Antonio y a san Pablo y que probablemente constituirían las alas interiores del conjunto original diseñado por Strigel, cuyo motivo escultórico central desgraciadamente no ha sido localizado. En las dos pinturas interiores se observa la influencia del arte religioso flamenco, así las figuras, de canon alargado, se insertan en una habitación con una ventana que da a un paisaje y que unifica ambas escenas constituyendo un fondo único. María se nos muestra sentada ante un escritorio con un halo sobre su cabeza, dentro del que se halla la paloma del Espíritu Santo, asimismo tiene las manos cruzadas sobre el pecho en señal de aceptación del mensaje divino y de recogimiento. El ángel con un bastón, que le identifica como emisario, se muestra en movimiento y sobre él se ha colocado una filacteria, que relata las palabras de salutación. Los colores de Strigel son brillantes y muy llamativos, destacando los rojos y dorados.

Estos óleos con la Virgen y el ángel de la Anunciación fueron las alas exteriores de un conjunto más ambicioso. En su reverso, y adheridos al soporte original de la pintura, se añadieron sendos relieves en madera policromada. Estas esculturas, que representan a los santos ermitaños san Pablo y san Antonio, fueron originalmente las hojas interiores del primitivo conjunto diseñado por Strigel. El motivo central, que con toda probabilidad fue un grupo escultórico, no ha podido ser identificado todavía. No disponemos de datos sobre la fecha en que se realizó el montaje actual, en el que se incorporó una fina columna de carpintería para unir estas tablas exteriores. Sin embargo, es probable que la obra presentase ya este aspecto cuando, en 1934, fue adquirida para la colección Thyssen-Bornemisza procedente de una colección inglesa.

La atribución de la obra a Bernhard Strigel se debe a Max J. Friedlander y Walter Hugelshofer, especialistas a los que se pidió opinión el mismo año de su adquisición. Ambos historiadores, en cartas firmadas, una el 22 de febrero y otra el 22 de junio, respondieron a la consulta asignándola, unánimemente, al artista establecido en Memmingen Bernhard Strigel, que, muy probablemente, se formó en el taller familiar, uno de los más activos en la elaboración de retablos.

La relación de esta pintura con la tradición flamenca es evidente. Strigel conoció bien la obra de pintores como Dieric Bouts, que influyó de forma puntual en su estilo. Este hecho ha llevado a pensar en un posible viaje del pintor, aunque sin documentar, a los Países Bajos.

En este típico interior, las figuras, escultóricas y de canon estilizado, intentan ajustarse a sus marcos. María, a la izquierda, por su mirada, la posición de las manos y la modesta actitud, está representada aceptando el mensaje divino. La paloma del Espíritu Santo desciende sobre ella colocándose sobre su cabeza y destacándose en el gran halo de oro que la enmarca. El ángel, con las palabras de salutación escritas en la filacteria, lleva, como emisario que es, el bastón. Strigel coloca en el centro un paisaje que mantiene su continuidad en ambas hojas, al igual que las telas que se extienden sobre el suelo. El pintor usa una estudiada gama cromática que llega a todos los elementos de la composición.

La pintura, si se compara con otras de igual tema pero más tempranas en la producción del artista, se resuelve con una composición más equilibrada y unas actitudes en las figuras, reposadas y sosegadas, características de su madurez. Pueden servir de ejemplo dos Anunciaciones conservadas, una en la colección Salem, fechada hacia 1508, y otra en la Staatliche Kunsthalle de Karlsruhe. En estas obras también se aprecian los largos mechones de cabello enmarcando los rostros de la Virgen y el ángel, que Strigel repite de forma parecida en nuestra pintura.

Las tallas fueron atribuidas por Gertrud Otto a Hans Thoman, escultor que colaboró en el taller de la familia Strigel. Miller, en un artículo de 1968, las publicó como obra de Christoph Scheller, tomando como referencia el trabajo de este artista en la capilla de San Vito, Schwaz, datado en 1511.Miller comparó la tipología de los rostros, resultando la cabeza del san Antonio ermitaño de nuestro relieve muy similar a la del santo titular de la capilla. La atribución actual de estas esculturas se debe al estudio de Michael Maek-Gérard, que las mantiene, con reservas, en el catálogo de Scheller.

Sobre su procedencia, el único dato que se conoce es que pertenecieron a una colección privada inglesa y que entraron en la colección Rohoncz, antiguo nombre de la colección Thyssen-Bornemisza, en 1934 —están recogidas en sus catálogos desde 1937—. Esta Anunciación, con sus esculturas, permaneció inédita para la crítica hasta su ingreso en la Colección de Villa Favorita.

Mar Borobia

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