El pintor alemán Otto Dix comenzó su formación artística en el centro del expresionismo al conseguir en 1909 una beca para estudiar en la Kunstgewerbeschule de Dresde. Allí, además de recibir la influencia de los movimientos expresionistas, estudió a los maestros renacentistas alemanes e italianos en los museos de la ciudad. En 1914 se alistó voluntario en la Primera Guerra Mundial, cuyos horrores quedarían plasmados en su obra. De 1919 a 1922, estudió en la Akademie für Bildende Künste de Dresde y fue uno de los creadores del Dresdner Sezession Gruppe 1919, un grupo radical de escritores y artistas expresionistas y dadaístas.

Entre 1922 y 1925 residió en Düsseldorf, donde se casó con Martha Koch y se vinculó a la galería de vanguardia de Johanna Ey. Su obra se cargó de una violenta crítica social al tiempo que recuperaba la técnica del temple sobre tabla, propia del Renacimiento, como medio para alcanzar una pintura de ácido realismo. En 1925 fue uno de los participantes de la exposición Neue Sachlichkeit (nueva objetividad) en Mannheim. A finales de ese año, Dix, animado por el galerista Karl Nierendorf, se trasladó durante un tiempo a Berlín, donde alcanzó una enorme fama como retratista de sociedad. Berlín, una moderna metrópoli, vivía en esos momentos uno de los periodos más creativos e innovadores de su historia que vendría poco después a desmoronarse con el advenimiento del nacionalsocialismo.

En 1926 fue nombrado profesor de la Akademie für Bildende Künste de Dresde y durante esa etapa pintó algunas de sus obras más ambiciosas, como el tríptico Metrópolis, de 1927-1928 (Stuttgart, Kunstmuseum Stuttgart), una feroz crítica de la sociedad burguesa. Con la llegada del nazismo, Dix perdió su puesto de profesor en Dresde, sus obras fueron confiscadas e incluidas en la exposición Entartete Kunst (Arte degenerado) y, sin abandonar Alemania, se retiró a Hemmenhofen, junto al lago Constanza, donde se dedicó a la pintura de paisaje y a la representación de temas religiosos con un estilo cercano al de Albrecht Altdorfer.

En 1945 fue de nuevo movilizado y hecho prisionero por el ejército francés en Colmar. Tras su liberación, regresó a Alemania, donde vivió el resto de su vida dedicado exclusivamente a la pintura.

Obras