A pesar de que su bisabuelo, François Joseph de Lapierre, se había dedicado a la pintura, los progenitores del artista luminista norteamericano Francis Augustus Silva no quisieron que su hijo siguiese el ejemplo de su antecesor. Fue aprendiz de diferentes oficios, hasta que finalmente comenzó a trabajar como pintor de carteles publicitarios. Sin embargo, su incipiente carrera autodidacta se vio truncada en 1861 al alistarse como voluntario en el Séptimo Regimiento de Infantería. Tras el fin de la guerra civil, montó un estudio en Nueva York en 1867 para dedicarse por completo a la pintura y en 1868 se casó con Margaret Watts. Algo más tarde, en 1869, debutaría en la exposición anual de la National Academy of Design, y desde 1872 fue miembro de la American Water-Color Society.

Sus excursiones veraniegas a zonas cercanas a Nueva York, como el río Hudson, Nueva Jersey, Massachusetts o Rhode Island, fueron la base para sus paisajes, enmarcados dentro de la corriente luminista. Sus marinas, unas imágenes tranquilas y luminosas llenas de sutiles gradaciones de la luz y de la atmósfera, son las composiciones más valoradas de toda su producción artística.

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