La fecha de nacimiento del pintor se desconoce, pero se puede situar hacia 1485-1490. Según Dolce, Tiziano se formó en Venecia con Sebastiano Zuccati como pintor y diseñador de mosaicos. Continuó su aprendizaje en el taller de los Bellini, con Gentile y Giovanni, asociándose después con Giorgione, a quien ayudó en la decoración de los frescos del Fondaco dei Tedeschi. Su primer encargo relevante fueron los frescos paduanos para la Scuola del Santo, fechados en 1511. En 1516, tras la muerte de Giovanni Bellini, fue nombrado pintor oficial de la República. En la década de 1510 pintó El amor sacro y el amor profano (Roma, Villa Borghese), y más tarde, su Asunción para la iglesia de Santa Maria dei Frari, que marcó el principio de su fama en Venecia. Si en sus primeras obras Tiziano todavía retiene notas del estilo de Giorgione, su pintura se transformará en luz y color, envuelta en una atmósfera tonal y apoyada en innovadoras composiciones.

Artista con una extensa obra, destacó por igual en géneros tan distintos como el religioso, el mitológico o el retrato. En su dilatada trayectoria se percibe una evolución estilística que va desde la factura terminada de sus primeros óleos, hasta la pincelada libre y suelta, de factura deshecha, propia de sus últimos años. Solicitado por las cortes de Ferrara, a partir de 1516, y de Mantua, el emperador Carlos V le nombró pintor de cámara y le concedió, en 1533, el título de conde palatino, honor nunca ostentado por un pintor. Su mayor mecenas en su última etapa fue Felipe II. Tiziano está considerado el mejor pintor veneciano de su tiempo, siendo profunda su influencia posterior. Vasari, que en sus Vidas le dedicó un extenso capítulo, consideró al cadorino «un hombre elegido por Dios, pues recibió de él cuantos dones puede apetecer un ser humano».

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