Pintor y comerciante de arte, nació en Hulst, hacia 1584, en el seno de una familia de artistas. En 1596 la familia De Vos se trasladó a Amberes, donde Cornelis, al igual que sus dos hermanos, Jan y Paul, inició su formación en el taller del pintor local David Remeeus. Tras finalizar su aprendizaje, en 1604, solicitó un permiso para completar su formación como pintor en el extranjero, sin embargo, no está documentado que llegara a realizar el viaje. La siguiente noticia que de él tenemos es su ingreso, en 1608, en el gremio de San Lucas de Amberes. En 1616 adquirió la ciudadanía en Amberes, en cuyos registros figura como comerciante de arte, contrayendo al año siguiente matrimonio con Sussana Cock, hermanastra del pintor de paisajes Jan Wildens. Por estas fechas Cornelis participó, junto con Rubens, Jordaens y Van Dyck, en la ejecución de un ciclo de pinturas para la iglesia de San Pablo de Amberes. En 1619 fue elegido decano del gremio de pintores, y ese mismo año pidió un permiso a las autoridades civiles de la ciudad para, en calidad de marchante de arte, viajar a París, al mercado de Saint-Germain. Colaboró nuevamente con Jordaens, a finales de 1634, en la decoración de uno de los arcos triunfales que celebraban la entrada del cardenal infante don Fernando en Amberes, y, dos años más tarde, trabajó con Rubens para el ciclo de pinturas destinado a la Torre de la Parada de Madrid.

Aunque pintó temas religiosos y de historia, fue en el género del retrato con el que hizo su mayor contribución a la escuela flamenca del siglo XVII. De Vos se convirtió en el principal retratista de la clase burguesa. Sus composiciones se caracterizan por la meticulosidad y detallismo con que están representados tanto el espacio en el que sitúa a sus personajes como los objetos que los acompañan, sin disminuir la importancia del motivo principal y proporcionando un contexto. A pesar de que su obra acusa la huella de Van Dyck, Cornelis de Vos se concentró más en reflejar valores propios de la burguesía, como la prosperidad, que en dotar a sus figuras de elegancia. Su personal estilo se deja ver tanto en las composiciones individuales como en las de grupo, entre las que destacan sus monumentales retratos de familia.

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