Pintor italiano de origen boloñés, Marco di Ruggero, llamado Marco Zoppo, fue discípulo de Francesco Squarcione, con el que firmó un contrato de adopción, que data del 24 de mayo de 1455, y que sólo duró dos años pues únicamente era beneficioso para el maestro. Tras finalizar ese contrato se trasladó a Venecia y aunque no se desvinculó nunca de sus orígenes boloñeses, Zoppo fue evolucionando con una trayectoria artística en la que aglutinó el conocimiento de los grandes maestros de su época. Al comienzo de su carrera es evidente cierta dependencia del arte de Padua y de Donatello. La Virgen con el Niño y ángeles (París, Musée du Louvre) es un claro ejemplo en el que los efectos decorativos nos acercan a Squarcione. El arte de Zoppo conforme va madurando refleja la impronta de otros artistas como Mantegna. De este periodo es La Virgen y el Niño de la National Gallery de Washington, en la que destacan la pose de las figuras y sus ropajes. Otra obra importante de esa época es el retablo que realizó para la iglesia de Santa Justina, de hacia 1468, del que sólo han llegado a nuestros días algunos fragmentos, como la tabla de San Agustín de la National Gallery de Londres. El estilo de Zoppo denota también el conocimiento de Andrea del Castagno y de los grandes pintores ferrareses, especialmente de Cosmè Tura. Posteriormente los dos personajes que más influyeron en su desarrollo artístico fueron Giovanni Bellini, y, en su última época, Antonello da Messina, que en la década de los setenta pasó una temporada en Venecia. De este modo, su pintura se fue volviendo más luminosa y los paisajes de sus fondos adquiriendo más presencia y más fuerza. Entre sus últimas obras destaca La Virgen y el Niño del Lindenau Museum de Altenburg.

Marco Zoppo fue un artista apreciado por sus contemporáneos y, a pesar de que murió joven, contó con un buen número de discípulos y una importante clientela. También destacó por la gran calidad de su labor como dibujante, dejando un importante número de imaginativos diseños.

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