Canaletto. Una Venecia imaginaria propone una revisión de criterios asociados a la obra de uno de los grandes pintores del siglo XVIII. Las pinturas y grabados seleccionados recogen la imagen de una ciudad universalmente conocida, un icono que ha permanecido inalterable con el paso del tiempo. Por este motivo, algunos sectores de la historiografía del arte, han considerado a Canaletto un pintor que reproducía mecánicamente la realidad de su alrededor. En esta exposición se analiza la obra de Canaletto desde otra perspectiva: la de un artista capaz de cambiar la imagen de su ciudad, manteniendo, pese a ello, un grado de verosimilitud en el que es difícil separar la ficción de sus pinturas de la verdad de los espacios venecianos. El itinerario expositivo se ha dividido en tres capítulos. El primero se abre con treinta y un aguafuertes de Canaletto, grabados entre 1740-1745, donde los caprichos alternan con vistas de Venecia y sus aledaños. El segundo, más extenso, está dedicado a la pintura al óleo. Los caprichos seleccionados en este grupo, envueltos en una atmósfera poética, yuxtaponen arquitecturas clásicas vénetas y romanas. Junto a Canaletto se ha considerado oportuno para su comparación, exponer vistas de otros pintores contemporáneos como Luca Carlevarijs, Michele Marieschi, Francesco Guardi, Bernardo Canal, padre del artista, o su sobrino Bernardo Belloto. El tercer capítulo, con el que se cierra el recorrido, se ha dedicado a los aguafuertes de Antonio Visentini que reproducen las vedute más sobresalientes de Canaletto pintadas entre los años 1725 y 1740. Las treinta y ocho estampas se dividen en dos series. La primera propone un itinerario por el Gran Canal desde el Puente de Rialto hasta la punta de la Aduana y desde el Rialto a la entrada Norte; la segunda atraviesa la ciudad desde su acceso septentrional hasta la plaza de San Marcos. Los últimos doce grabados ilustran campos menores de la ciudad del Adriático.