Por segunda vez desde su inicio, el programa de exposiciones Contextos propone un acercamiento a una obra de Pablo Picasso presente en la colección permanente; primero fue Arlequín con espejo, que inauguró la serie en 1995, y ahora el cuadro Corrida de toros. Junto a él puede verse en la muestra un magnífico conjunto de quince obras del mismo autor y sobre el mismo tema, las corridas de toros, que el artista malagueño realizó en la mitad de la década de los 30 y que se pueden considerar en algunos aspectos preludio del Guernica. El principal objetivo de la exposición, comisariada por Tomàs Llorens y patrocinada por la Fundación Caja Madrid, es poner de manifiesto la interpretación más profunda que Picasso realizó del mundo del toro, una interpretación que va más allá del puro choque, dolor o violencia física y que parece haberle llevado a considerar el rito de la corrida como una parábola del amor y de la muerte.