Jacques Daret fue un destacado pintor del siglo XV. Se formó en el taller de Robert Campin, en el que coincidió con Rogier van der Weyden, por lo que las influencias de ambos artistas se aprecian claramente en su obra. La Adoración del Niño del Museo Thyssen-Bornemisza muestra una gran dependencia de una tabla con el mismo asunto de Campin, conservada en el Musée des Beaux-Arts de Dijon, tanto en los personajes como en la composición de la escena. El tema se encuentra en los Evangelios Apócrifos de la Natividad, más concretamente en el Evangelio del Pseudo Mateo. En él se cuenta, que José fue a buscar a dos comadronas para que asistieran a la Virgen en el parto, pero cuando llegaron María ya había dado a luz. Las comadronas entraron en la cueva donde había tenido lugar el nacimiento. Primero accedió Zelomí, que reconoció la virginidad de María, y después Salomé, que, desconfiada intentó comprobar el milagro y fue castigada con la parálisis de sus manos. Daret representa el momento en el que Salomé se dispone a tocar al Niño que, según el texto apócrifo, la sanaría. La Adoración del Niño fue encargada por el abad Jean du Clercq para un altar dedicado a la Virgen, que estuvo en su capilla funeraria en la abadía de St. Vaast en Arras.

 

Jacques Daret aprendió el oficio con Robert Campin, en cuyo taller está documentado en 1428, y está registrado en el gremio de Tournai en 1432. Las obras de Daret mantendrán una fuerte dependencia, tanto en sus patrones como en su estilo, con las pinturas de su maestro. En la década de 1430, Daret trabajó en su ciudad natal, Tournai, y en Arras, para la abadía de St. Vaast, y más concretamente para su abad Jean du Clercq, para el que ejecutó una serie de obras, entre las que se encuentra esta pintura con La Adoración del Niño, y donde está documentado intermitentemente durante unos veinte años. Para Jean du Clercq realizó, entre otros trabajos, la policromía de una serie de esculturas. Daret también participó en el diseño de decorados para la corte de los duques de Borgoña, así como en los preparativos del enlace entre Carlos el Temerario y Margarita de York.

Esta tabla, antes de llegar a la colección Thyssen-Bornemisza, estuvo en Londres, hacia 1911, pasando más tarde a Nueva York, a la colección de J. Pierpont Morgan, y luego, entre 1924 y 1935, a la J. Pierpont Morgan Library de esa misma ciudad. En 1935 ingresó en la colección Thyssen-Bornemisza.

La fuente de este tema se halla en los Evangelios apócrifos de la Natividad. Daret se inspiró en el Evangelio del Pseudo Mateo, en el que cuenta cómo José, después de instalar a la Virgen ante el inminente parto, se fue a buscar comadronas que la asistieran. Sin embargo, cuando llegó a la cueva con las dos comadronas, Zelomí y Salomé, María había dado ya a luz. Estas mujeres, sorprendidas ante el resplandor que salía del interior de la gruta, aguardaron a su entrada. Accedió al recinto primero Zelomí, que examinó a María, reconociendo y alabando su virginidad. La desconfiada Salomé se negó a admitir el parto virginal de María y buscó verificarlo antes de creer en él. Su incredulidad fue castigada nada más tocar a la Virgen con la parálisis de una mano. Daret recoge precisamente el momento en que Salomé, colocada en primer plano a la derecha, extiende sus manos insensibles y se dispone a tocar al Niño, siguiendo las instrucciones de un «joven refulgente» que, según el apócrifo, le indicó que Jesús sanaría sus manos; éste aparece representado como un ángel vestido de blanco encima de san José.

El tema y la composición están extraídos de la obra con el mismo asunto de Robert Campin del Musée des Beaux-Arts de Dijon. La forma del establo, las parteras, el conjunto de ángeles cantores a la izquierda, e incluso el ángel vestido de blanco muestran una dependencia total respecto a los modelos de Campin. Detalles como el paisaje, más ambicioso en la obra del maestro, o la figura de san José con la candela, iconografía extraída de las Revelaciones de santa Brígida, están fijadas en la obra de Dijon. El Niño se concibe como fuente luminosa, figurada por el pintor mediante los rayos de oro que rodean su cuerpo desnudo, colocado directamente sobre la tierra. Este efecto luminoso, tomado de los Apócrifos, fue difundido por santa Brígida, quien cuenta en su relato que esa luz que emanaba del Niño anulaba la del candil que portaba san José (interpretado en nuestra pintura como una vela).

La Adoración del Niño formó parte de un altar dedicado a la Virgen en la capilla funeraria del abad Jean du Clercq en la abadía de St.Vaast en Arras, encargado al pintor por el mismo abad y realizado entre 1433 y 1435. Este abad, nacido en Douai en 1376, invirtió una considerable suma de dinero en la abadía benedictina, donde había ingresado en 1391 y de la que fue abad en 1428; Jean du Clercq murió en 1462. El conjunto, que comprendía pinturas y un grupo escultórico, tenía unas alas exteriores donde estaba situada esta Adoración. Según una descripción de Jean Collard de 1651, en esas alas exteriores se encontraban, junto a nuestra tabla, una Anunciación, perdida, una Visitación y una Adoración de los Magos, ambas en la Gemäldegalerie de Berlín, y una Presentación en el templo, localizada en el Petit Palais de París. El altar estaba concebido como un tríptico cuya zona central la ocupaban doce esculturas en alabastro realizadas por el escultor Collard de Hordain, que representaban a los doce apóstoles instalados en cuatro nichos con tres esculturas cada uno. Este conjunto se completaba con una Coronación de la Virgen, escultura que el abad adquirió, en 1432, a un comerciante alemán. Daret realizó la policromía de las figuras de los apóstoles, así como la decoración de los nichos donde estaban las esculturas, del entramado arquitectónico que los separaba y del interior de las alas laterales en cuyo exterior se mostraban sus pinturas. Este conjunto permaneció intacto hasta después de 1651, cuando se desmontó y se dispersó.

Mar Borobia

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