Malcom Ferdinand

Es un filósofo y activista conocido por su trabajo fundacional en ecología decolonial, presenta una lectura-performática basada en su más reciente libro Amarnos la Tierra (S’aimer la Terre, 2024). Tras quince años de investigación y compromiso político en el Caribe francés, Ferdinand re-narra el escándalo del pesticida clordecona en Martinica y Guadalupe, no como un fracaso tecnocrático, sino como un síntoma de la violencia colonial y la injusticia ambiental. A través de una lente poético-política, imagina una ética renovada de habitar el planeta: una que rechaza la dominación y se centra en la vulnerabilidad, la responsabilidad y la reparación.

Libby Heaney

Es artista visual y doctora en física cuántica, cuyo trabajo se sitúa en la intersección entre arte, ciencia y crítica tecnológica. Reconocida internacionalmente por ser una de las pioneras en el uso creativo de algoritmos cuánticos, Heaney desarrolla instalaciones inmersivas y entornos digitales que cuestionan las estructuras binarias de pensamiento heredadas de la modernidad (como sujeto/objeto, humano/no humano, naturaleza/tecnología), proponiendo en su lugar modos de percepción y relación más fluidos, indeterminados y especulativos. Su práctica se alinea de manera orgánica con los ejes de reflexión del festival al explorar cómo los imaginarios cuánticos pueden desestabilizar los marcos epistemológicos coloniales y patriarcales que organizan la vida planetaria. Desde esta perspectiva, su obra no solo amplía las posibilidades estéticas de las tecnologías emergentes, sino que también propone una ontología alternativa basada en la superposición, la multiplicidad y la interdependencia. Heaney articula así una crítica poético-política al racionalismo instrumental, apostando por una ecología perceptiva que abrace la ambigüedad, la afectividad y lo indeterminado como fuerzas transformadoras.

Yina Jiménez Suriel

Es una de las voces curatoriales con mayor resonancia del Caribe y América Latina, explora la relación entre imaginación diaspórica, memoria transoceánica y estéticas emancipatorias. Su intervención —Buscando los cuerpos de los sentidos— surge de una metodología curatorial que disuelve los límites geográficos y disciplinares. Desde su experiencia en múltiples territorios, Jiménez Suriel entiende la curaduría como un acto en movimiento: una práctica que interpela las heridas del pasado mediante gestos artísticos arraigados en lo local y estructuras especulativas que cultivan el cuidado.

Frédérique Aït-Touati

Es directora de teatro, historiadora de la ciencia y la literatura, e investigadora en el prestigioso CNRS francés, presenta una convergencia única entre narrativa, cartografía y pensamiento planetario. Su trabajo desafía las epistemologías dominantes al tratar la ficción como una herramienta de creación de mundos. Su presentación expande los planteamientos de Terra Forma, un manual especulativo que reimagina la cartografía como un acto ético e imaginativo. Al proponer nuevas formas de mapear la Tierra, Aït-Touati cuestiona la supuesta objetividad del mapa y nos invita a orientarnos con sensibilidad hacia la incertidumbre, la interconexión y la dislocación.

Riar Rizaldi

es cineasta e investigador originario de Indonesia, cuya obra se sitúa en la intersección entre cine experimental, pensamiento crítico y cosmologías no occidentales. A través de películas, instalaciones y performances audiovisuales, Rizaldi explora cómo los legados coloniales, las infraestructuras tecnológicas y los saberes ancestrales coexisten y colisionan en el Sur Global. Su práctica se caracteriza por una estética especulativa que entrelaza ciencia contemporánea, misticismo local y ficción documental para desestabilizar las narrativas hegemónicas del progreso y la modernidad. Así, su trabajo encarna una crítica a la racionalidad extractivista y una apertura hacia cosmologías planetarias plurales, donde lo científico y lo ritual, lo ancestral y lo contemporáneo, conviven como fuentes legítimas de imaginación ecológica y resistencia política.

Zheng Bo

Es un artista cuyo trabajo abarca botánica, disidencia sexual y práctica ancestral, y contribuye al festival con un intercambio sobre ecologías queer. Para Zheng, el arte no surge del genio humano, sino de los entrelazamientos con la vitalidad más-que-humana. Su obra cultiva parentescos estéticos con las plantas, ofreciendo un camino sensorial y político para repensar la relacionalidad. Sus obras forman parte de las colecciones de la Tate, el Hammer Museum y el Hong Kong Museum of Art, entre otros, y ha participado en las bienales de Venecia (2022), Liverpool (2021), Taipéi (2018) y Shanghái (2016).