Miembro de una familia de pintores, Francesco Guardi recibió su formación y trabajó en el taller familiar, bajo la dirección de su hermano mayor Gianantonio. Hasta probablemente finales de la década de 1750, Francesco Guardi continuó ejerciendo principalmente como pintor de historia, de temas religiosos, frescos e incluso bodegones. Algunas de sus obras conocidas de estos inicios son La Sagrada Familia con ángeles, del Toledo Museum of Art (Ohio), y la Esperanza y la Caridad, ambas del Ringling Museum en Sarasota.

Fue ya en su madurez, y probablemente tras la muerte de su hermano mayor, cuando Guardi comenzó a pintar vedute de la ciudad de Venecia. El estilo de estas vistas es el de su predecesor, Canaletto, cuya producción estudió con detenimiento. Su primera obra conocida en el género es Festival de ‘Jeudi Gras’ en la Piazzetta, en una colección privada de Suiza, fechado y firmado en 1756. Durante los años siguientes Guardi mantuvo en sus composiciones la precisión escenográfica que caracteriza los cuadros de Canaletto, pero añadió vitalidad al trazo y al color e intro dujo el elemento imaginativo. Entre los mejores ejemplos de esta época se encuentran la serie de doce lienzos representando las ceremonias de la toma de posesión del dux, repartidas entre varios museos de Francia, y La Piazza San Marco decorada para la fiesta de la Ascensión, de la Fundação Gulbenkian de Lisboa. A partir de la década de 1780, Guardi comenzó a independizarse cada vez más del estilo de Canaletto, aumentando progresivamente el ilusionismo en sus vistas, que al final de su carrera derivan en sus Capricci, paisajes ideales o irreales.

Obras