La inscripción «Hans Maler von Ulm Maler zvo Schwaz» encontrada en la trasera del retrato de Anton Fugger, de 1524, que estuvo en la colección del príncipe Thun-Hohenstein, ha permitido descifrar la iniciales «HM MZS» que aparecen en el Retrato de un hombre joven, de 1523, de la colección Ellesmere del duque de Sutherland. Gracias a ellas sabemos que Hans Maler nació en la ciudad de Ulm, al sur de Alemania, pero que entre 1523 y 1524 ya se encontraba asentado en Schwaz, en el Tirol. Se cree que pudo formarse en su ciudad natal, un centro artístico importante en esa época, con Bartholomäus Zeitblom o con alguno de los pintores de su círculo. En su estilo se aprecian también fuertes influjos de la pintura de Bernhard Strigel, que indican la posibilidad de que Maler trabajara como asistente en el taller de Strigel, en Memmingen, antes de establecerse definitivamente en Schwaz, hacia 1515. Su primera obra conocida es la imagen de Sebastian Andorfer, fechada en 1517, conservada en el Metropolitan Museum de Nueva York.

Entre 1519 y 1526 sus principales patronos fueron el archiduque Fernando, cuya corte estaba establecida en Innsbruck, los Fugger, una importante familia de comerciantes y banqueros de Augsburgo, y miembros de las clases altas de Schwaz. Sus retratos siguen el tipo de imagen de corte que había desarrollado Strigel, representando a sus modelos de tres cuartos, con las manos ocultas y colocados sobre un fondo azul que se vuelve más claro en la base. El modelado de las facciones es a su vez agradable y delicado. Maler se dedicó también a la pintura religiosa, pero las atribuciones en este género han resultado bastante más complicadas que en el campo del retrato. Gracias al monograma «HM» se le ha relacionado con una Sagrada Familia, conservada en Sigmaringen, cuyo estilo, según Stange (1966), correspondería al de su etapa inicial.

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