En el Salón de Otoño de París de 1905 la nueva pintura fauve de Henri Matisse, George Braque o André Derain causó un enorme revuelo. El joven Jean Metzinger adoptó de inmediato las formas sintéticas y los colores puros y antinaturales del nuevo movimiento. Dos desnudos en un paisaje exótico, que presenta dos cuerpos femeninos en medio de un paisaje arcádico, pertenece a un conjunto de pinturas de un cierto simbolismo realizadas ese mismo año. El artista combina la factura divisionista o neoimpresionista de sus obras anteriores con la gama de colores del fauvismo, en especial en los elementos exóticos del paisaje.

Si bien Metzinger aspiraba obtener una “poesía cromática”, el formato vertical, la simetría de la composición y la estructura geométrica de las teselas de color que cubren toda la superficie pictórica, a modo de mosaico divisionista, le apartan de la expresividad fauve. Se aprecia ya una tendencia geométrica en su obra que se incrementará en el periodo cubista.

El pintor definía cada toque de color como una sílaba cuyo ritmo y sistematización homogénea daba lugar a frases y párrafos con una sintaxis cromática que traduce las diferentes emociones ante la naturaleza.

Siglo XXPinturaÓleolienzo
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