Las pinturas que se presentan en esta exposición han sido creadas por Alberto Reguera (Segovia, 1961) tomando como punto de partida una obra de la colección Thyssen-Bornemisza, Claro de luna con un camino bordeando un canal del pintor holandés Aert van der Neer (Ámsterdam, 1603-1677).

Una de las características distintivas de la pintura de paisaje holandesa del siglo XVII es el protagonismo del cielo y las nubes, con sus infinitas variaciones. Esta es también una obsesión constante en la obra de Reguera. En sus paisajes abstractos, los pigmentos flotantes aportan levedad a la materia pictórica y sugieren sutiles estados atmosféricos y efectos luminosos.

Aert van der Neer fue el gran especialista de su tiempo en escenas nocturnas, habitualmente a la luz de la luna. La noche iluminada y el crepúsculo han inspirado a Reguera a lo largo de toda su carrera. El pintor segoviano explora los efectos de la luz que se filtra desde las capas subyacentes de la pintura y aflora hasta la superficie del lienzo, produciendo un efecto de deslumbramiento.

Las dimensiones de los cuadros de esta exposición se han determinado a partir de las proporciones de la tabla de Aert van der Neer, aumentando el grosor de los bastidores para recordar la presencia del marco que contiene el cuadro del holandés. Todo esto responde al énfasis de Reguera en la pintura como objeto tridimensional, dotado de volumen, que el espectador puede observar desde distintos puntos de vista.

Comisariada por Guillemo Solana.

Imágenes

Alberto Reguera. Una noche luminosa, 2020
Alberto Reguera. Difracciones lunares
Alberto Reguera. Recorridos lumínicos
Alberto Reguera. Un cielo inmenso, un horizonte lejano
Alberto Reguera. Horizontes luminosos
Alberto Reguera. Reflejos lunares